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La quema de combustibles fósiles para el transporte es otro de los grandes responsables del cambio climático |
Hace menos de un mes, el alcalde de Londres anunció que para 2011 tendría listas unas 11 autopistas para bicicletas en su ciudad y conectar así, de forma rápida y segura, todas los puntos de la metrópolis con sus ciudadanos, para que puedan ir sobre dos ruedas al trabajo todos los días.
Aparte de la endémica falta de voluntad política, ¿qué impide que en España se implanten medidas como ésta?
El dinero es el motor de cambio y nunca mejor dicho. Si invertir en mejorar el transporte es menos rentable que fomentar más autopistas, más aeropuertos y más coches por las calles, difícilmente cambiarán las cosas. Una de las claves de la rentabilidad de un negocio son sus condiciones fiscales.
Resulta razonable plantear que la fiscalidad a la que están sujetos cada uno de los medios y de los aspectos del transporte tenga en cuenta sus prestaciones medioambientales. Al contrario, la aviación recibe un trato preferente en la fiscalidad española cuando es el medio más contaminante por pasajero y kilómetro, por ejemplo. De hecho, no paga impuestos sobre el carburante, ni IVA sobre la compra de aeronaves, su mantenimiento y, además, se aplica IVA reducido al transporte de viajeros y sus equipajes en los aviones.
Por otra parte, todavía ni se plantea la posibilidad de que los trabajadores puedan desgravar en su declaración de la renta el coste de transporte público para sus traslados, que las bicicletas no tengan que pagar IVA o proponer medidas fiscales para limitar el desarrollo urbanístico a mancha de aceite para reducir la necesidad de coches.
Por esto, Greenpeace, junto con Ecologistas en Acción, CCOO, IU-ICV y WWF España, presentó ayer una Proposición de Ley de Fiscalidad Ambiental con el objetivo de introducir diversas medidas de fiscalidad verde en el ordenamiento estatal que incluyan reformas ambientales en tributos ya existentes y creen otros nuevos que graven ciertas prácticas ambientalmente perjudiciales.
¿A ti tampoco te apetece pagar por las actividades más contaminantes? ¿Te apuntarías a esta fiscalidad verde que te planteamos? Háznoslo saber comentando esta noticia.
Sara Pizzinato, responsable de la campaña Transporte de Greenpeace