"El día en que el sol se levantó dos veces". Así es como se registró en la historia de Rongelap, un diminuto atolón en el Pacífico que forma parte de las Islas Marshall, el día 11 de marzo 1954. Poco después de la salida del sol, un segundo sol apareció por el oeste. Un resplandor brillante y cegador envolvió la isla. Sus habitantes desconocían que a unos 150 kilómetros de distancia, en el atolón de Bikini, EE.UU. hacía explotar una bomba nuclear de hidrógeno de 15 megatones, mil veces más potente que la lanzada sobre Hiroshima.
Varios años después de la prueba, muchas de las mujeres expuestas a la radiación comenzaron a sufrir problemas reproductivos y diversos tipos de cáncer, especialmente el de tiroides. Dentro de su campaña anti nuclear, en 1985, el Rainbow Warrior colaboró para trasladarlos a otra isla. Luego continuó rumbo a Nueva Zelanda, donde fue hundido por los servicios secretos franceses, para evitar que continuasen las protestas contra los ensayos nucleares franceses en el atolón de Mururoa.
Hoy las pruebas nucleares han cesado pero los arsenales nucleares siguen existiendo y son “modernizados” año a año por las potencias nucleares, un selecto club de países que amenazan la paz mundial con su alto potencial destructivo. Mientras existan las armas nucleares, el riesgo de uso accidental o deliberado será una espada de Damocles que pende sobre el planeta. Y con más de 16.000 cabezas nucleares en activo, este riesgo es extremadamente alto. Es muy importante que la ciudadanía sea consciente de este hecho.
La República de las Islas Marshall ha iniciado recientemente una acción legal audaz contra los nueve países que poseen armas nucleares ante la Corte Internacional de Justicia. Su objetivo es eliminar definitivamente el peligro nuclear que nos amenaza a todos. EEUU realizó 67 pruebas nucleares en las Islas Marshall entre 1946 y 1958. Después de haber visto su tierra, el mar y las personas envenenadas por la radiación, este pequeño estado ha alzado su voz e iniciado un proceso legal para que los nueve gigantes nucleares digan: nunca más.
Los ciudadanos de las Marshall argumentan que los nueve estados nucleares están obligados por el derecho internacional a establecer negociaciones serias y creíbles hacia el desarme nuclear total. Sin embargo, hasta la fecha no lo han hecho. Cinco de los estados (EE.UU, Rusia, Reino Unido, Francia y China) forman parte en el Tratado de No Proliferación Nuclear (conocido como TNP). Y el Artículo VI de dicho tratado establece que las partes deben "celebrar negociaciones de buena fe sobre un tratado de desarme general y completo bajo un control internacional estricto y eficaz".
Es evidente que esta promesa no se ha cumplido. Más de cuarenta años después de que el TNP entrase en vigor, las negociaciones sobre el desarme completo ni siquiera han comenzado. Los otros cuatro estados que se sabe que poseen armas nucleares -India, Israel, Pakistán y Corea del Norte- no han ratificado siquiera el TNP. Las Islas Marshall argumentan que esto no es una excusa ya que el deber de negociar el desarme es parte del derecho internacional consuetudinario, que es tan vinculante como tratado. De los nueve países acusados, sólo el Reino Unido, la India y Pakistán han aceptado previamente, aunque con algunas reservas la jurisdicción obligatoria de la Corte.
La iniciativa de las Islas Marshall merece todo nuestro respeto y apoyo. Más de 40 años después de la firma del TNP, los estados con armas nucleares se aferran y protegen estos elementos de destrucción masiva. La promesa de un mundo libre de armas nucleares ha de hacerse realidad. Es una obligación ética con las generaciones futuras. Las armas nucleares amenazan todo lo que amamos en este mundo.
Para proteger el futuro de la humanidad, Greenpeace apoya la valiente acción de las Islas Marshall para hacer cumplir la promesa "Zero Nuclear, por un mundo libre de armas nucleares". Por eso hacemos un llamamiento a los estados con armas nucleares para que cumplan urgentemente con su deber moral y legal de comenzar las negociaciones para el desarme nuclear completo. El cero es el único número seguro para las armas nucleares en el planeta.
¿Qué puedes hacer tú?
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