Tras varios días observando a través de los medios de comunicación la evolución del conflicto diplomático generado entre España y Argentina a raíz del caso Repsol YPF, no deja de sorprenderme la falta de pudor de nuestra clase política.
He leído, hasta la saciedad, que es responsabilidad del Ministerio de Industria defender al sector empresarial español de cualquier agravio dentro o fuera de las fronteras de nuestro país y, si para ello hay que entrar en un conflicto diplomático sin precedentes con Argentina, pues se entra.
Sin embargo, este mismo ministro es el que ha aprobado una moratoria a las primas a las energías renovables. Esa moratoria ha provocado un parón en la implantación de estas tecnologías en España y el cierre de varias pequeñas empresas con la consiguiente ruina de multitud de emprendedores, de esos en los que la economía española confía para que contribuyan a levantar el país.
La apuesta del ministro Soria por las energías sucias ignorando la necesidad de frenar el cambio climático está condenando a sectores clave de nuestra economía a graves impactos económicos. La agricultura, el turismo, la pesca, la industria vitivinícola ya sufren los graves efectos de la crisis climática. Mientras, España sigue aumentando las emisiones de CO2.
Los ciudadanos en crisis pagamos, no solo las subvenciones al carbón, sino precios exorbitantes por la gasolina que importamos, gastos sanitarios en aumento derivados de una mayor contaminación atmosférica y cifras astronómicas por la compra de derechos de emisión porque tanto combustible fósil nos lleva a no cumplir Kioto.
Por suerte, de este sinsentido no solo nos hemos dado cuenta las ONG ambientalistas. También la Comisión Europea se ha manifestado en esta línea, recomendando una trayectoria energética que nos lleve al 100% de suministro renovable en 2050. Además, cada vez son más las compañías españolas que le están pidiendo a nuestro ministro un compromiso firme en la lucha contra el cambio climático, por los beneficios ambientales y económicos que representa para los sectores directamente afectados y para establecer señales claras de hacia dónde va España, en las que puedan basarse las estrategias de inversión que el sector empresarial en su conjunto debe abordar para superar esta crisis.
Algunos ejemplos son el movimiento europeo por un compromiso europeo de reducción de emisiones del 30% para 2020 o la Declaración por un 100% renovable en 2050, firmada por centenares de las grandes compañías europeas. Ha sido entregada a la presidencia danesa de la UE esta mañana en la celebración de la conferencia anual de la Asociación Europea de la Energía Eólica, en Copenhague. Compañías españolas como Sol Meliá, Mango, Adolfo Domínguez, Bodegas Torres, Acciona o Abengoa, etc. forman parte de estas iniciativas.
Ante tal llamada de socorro, el ministro Soria debería derogar la moratoria e impulsar la transición hacia el 100% renovable. Lo contrario sería admitir que su compromiso no va más allá del sector de los combustibles fósiles y, en este caso, quizás debamos empezar a llamarle “Ministro de la industria sucia”.
Aida Vila (@Aidavilar), responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace
- Comunicado de prensa: Organizaciones sociales y representantes industriales piden una unión europea 100% renovable a la presidencia danesa