¿Cómo explicar que mientras en España la superficie de agricultura ecológica ha crecido un 118% entre 2004 y 2009, en Aragón se haya reducido un 12.53%? ¿Que mientras en el conjunto del país han crecido los operadores ecológicos un 57%, en Aragón hayan descendido un 7,2%? Quizás por el hecho de que la Administración autonómica de Aragón apenas haya apoyado la producción ecológica, no haya puesto en marcha políticas para ayudar al sector a organizarse, haya negado a productores y elaboradores importantes ayudas al control y la certificación...
Quizás tenga algo que ver la actitud de la Consejería de Agricultura y Alimentación cuyo consejero, el Sr Gonzalo Arguilé, apuesta por los transgénicos, niega los casos de contaminación genética y la existencia de afectados en su región y lleva años presionando por todos los medios al Comité Aragonés de Agricultura Ecológica. Gracias a ello Aragón se ha convertido en la “Zona 0” de los transgénicos en la Unión Europea; en esta comunidad se cultivan aproximadamente 50% de los Organismos Modificados Genéticamente (OMG) de toda España o el 40% de Europa.
En 2010, en España se sembraron alrededor de 70.000 hectáreas de maíz transgénico comercial, y la mitad de los ensayos experimentales al aire libre con estos peligrosos cultivos en la UE. Todo esto en una situación de absoluta falta de transparencia y control. Frente a esta posición, países como Francia, Alemania, Austria, Grecia, Luxemburgo, Irlanda, Polonia, Hungría o Italia han puesto freno a los transgénicos en su territorio. España sigue siendo por lo tanto el único país de la Unión Europea que cultiva transgénicos a gran escala.
En diciembre de 2010 las revelaciones de Wikileaks demostraron que la política de transgénicos del anterior equipo del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM) estaba dictada por los intereses de EEUU y sus multinacionales. Quizás no sea casual que el señor Arguilé se confiese amigo personal del secretario de Estado de Medio Rural y Agua, el señor Puxeu, a quien estos famosos cables colocaron contra las cuerdas al quedar demostrada su actuación en favor de las multinacionales de los transgénicos y en lo que supuso una clara traición a los ciudadanos de España y de Europa.
Recientemente la Ministra Rosa Aguilar, ha anunciado que “desde el Gobierno no queremos ir a más en cuanto a la producción de transgénicos”. Un importante mensaje teniendo en cuenta la realidad de estos cultivos en España, que sin embargo no ha calado entre los miembros de su Ministerio, que continúan la tónica iniciada por los Gobiernos del PP y continuada por Elena Espinosa de abierta colaboración con la industria de los transgénicos y falta de participación pública real.
Y, como casi todas las cosas, no hay acto sin consecuencias; sin víctimas. Ante la situación de tremenda dificultad a la que la Consejería Aragonesa ha sometido al sector ecológico y como medida de protesta contra el acoso y derribo sufrido por el CAAE, el pasado día 8 presentaba su dimisión en Zaragoza el presidente, Antonio Ruiz Ortego, junto a la mayoría de su Junta Directiva.
Esta dimisión supone además de la pérdida para el sector de una persona que se ha entregado en cuerpo y alma a promocionar un modelo de producción sostenible y justo (desde su trabajo político y de gestión, pero también desde su experiencia personal como una de las referencias en España y en Europa en materia de agricultura ecológica y sostenible), la pérdida del presidente que ha supuesto que este Comité haya sido uno de los pocos organismos públicos que se han atrevido a denunciar los efectos socioeconómicos y ambientales de los OMG en España.
Quizás tampoco sea casual que la visión del señor Arguilé sobre la agricultura ecológica (como ha manifestado en numerosas entrevistas) sea de una simple “oportunidad de negocio para unos agricultores determinados a los que le gusta este sistema de producción” en lugar de reconocer que es el único futuro posible frente al actual modelo de agricultura industrial, que devasta los recursos naturales, produce dependencia e injusticia, genera destrucción social y provoca globalmente más de la tercera parte de la emisiones de gases de efecto invernadero.
Por todo ello y tras protagonizar en abril de 2009 en Zaragoza y abril de 2010 en Madrid las dos mayores protestas contra los transgénicos que se recuerdan en Europa hoy agricultores, ecologistas, consumidores y un nutrido grupo de organizaciones de la sociedad civil han presentado la Tercera Semana de Lucha contra los Transgénicos. Frente a la defensa de los intereses de las multinacionales que siguen representando el MARM o el Gobierno de Aragón, la sociedad española muestra un año más su rechazo mayoritario a los transgénicos a través de múltiples actividades en todo el territorio nacional, algunas de las cuales comenzaron la pasada semana. El conjunto de actividades, entre las cuales habrá protestas, acciones informativas y reivindicativas en la calle, en supermercados, en campos, conferencias y charlas, proyecciones de películas, debates y reuniones con agentes sociales, se puede consultar aquí
Desde Greenpeace demandamos a los Gobiernos de España y de Aragón que apuesten por la agricultura y la ganadería ecológica, potencien y defiendan al sector, retiren el absurdo y trasnochado apoyo a los transgénicos y pasen factura política a los responsables de tantos daños producidos por el modelo industrial de agricultura.
Juan Felipe Carrasco, campaña de Transgénicos de Greenpeace
- Comunicado de prensa: Agricultores, ecologistas y consumidores se movilizan contra los transgénicos