Al son de las campanadas de 2011, en el segundo consejo de ministros, se designó Villar de Cañas, un pueblecito de Cuenca, como emplazamiento para albergar el cementerio nuclear. A día de hoy el proyecto no tiene los permisos, pero el Gobierno tiene mucha prisa por dárselos antes de que finalice su mandato.
Si este proyecto sigue adelante nos enfrentaremos, entre otros, al problema del transporte de los residuos radioactivos por media España. Cada año 40 convoyes con residuos de las centrales nucleares pasarán por 216 municipios en su ruta hasta el Almacén Temporal Centralizado (ATC).
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Estos municipios no están participando en la toma de decisiones de este proyecto, pero si se verán afectados porque los riesgos y problemas derivados del transporte de material radiactivo son múltiples. Por ejemplo durante el transporte se irradiará a muchas personas, es imposible predecir todas las situaciones inesperadas que pueden propiciar un accidente, los contenedores donde se transportan estos materiales no son invulnerables, y el riesgo para la economía es también una realidad, ya que se disminuye el valor de las propiedades inmobiliarias.
Pero claro, ¿qué pasaría si no se construye este ATC?; pues que podríamos hacer un plan de gestión de residuos radiactivos y desmantelamiento nuclear seguro y democrático. En la actualidad ya están construidos, o en proyecto, Almacenes Temporales Individualizados (ATI) en 8 de los 9 reactores nucleares, en todas menos en Cofrentes (Valencia). Por lo tanto podemos afrontar la gestión de los residuos nucleares, para los cuáles no hay solución, sin prisas. Además hay que decir que este cementerio nuclear costará, al menos, 1.000 millones de euros, que asumiría la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) frente a los 20 millones que cuesta aproximadamente cada almacén individualizado, y que además asumiría cada central. No hay que olvidar que el Tribunal de Cuentas ha alertado de un déficit de 1.486 millones de euros en Enresa, por lo tanto la viabilidad económica del ATC ya está seriamente comprometida.
Todavía queda un pero, ¿qué pasa respecto a los residuos nucleares que tenemos en Francia, y que deberían haber vuelto a España antes de 2011?; pues que el estado galo dio un nuevo plazo hasta finales de 2015, y luego a 2017, previo pago de una fianza millonaria de 23,5 millones anuales, cuyo aval tiene un importante coste financiero para Enresa. En cualquier caso habrá que volver a renegociar porque el ATC no estará disponible para finales de este año.
Y, ¿qué hacemos entonces?; pues en primer lugar determinar una moratoria para este proyecto, en segundo la actualización del Plan General de Residuos Radiactivos que está totalmente obsoleto, en tercer lugar que se identifiquen las alternativas técnicas más seguras y finalmente que se determine cuál es la alternativa socialmente más apoyada.
Bien, ¿cómo lo hacemos?; en este mapa podrás consultar los municipios por los que pasan las rutas, la situación de las centrales nucleares, del cementerio nuclear, los puntos negros de la carretera. A través del mapa podrás enviar un mail a la alcaldía de tu municipio y animarle a que promueva el apoyo de esta moratoria. Si eres el alcalde o alcaldesa puedes facilitar esta moción en tu Ayuntamiento.
Con tu ayuda podemos hacer que las rutas que realizan los transportes con residuos radioactivos desaparezcan del mapa.
¿Qué puedes hacer tú?
Los ciudadanos de los municipios afectados podéis enviar un correo electrónico a vuestro Ayuntamiento a través del mapa, pidiéndoles que aprueben una moción al proyecto. Con tu ayuda podemos hacer que las rutas que realizarían los transportes con residuos radioactivos desaparezcan del mapa.