El Gran Bosque del Norte tiene muchos nombres. Se reconoce científicamente como un ecosistema de bosque boreal, una gran extensión de coníferas que cubre el hemisferio norte. Los rusos lo llaman tradicionalmente “taiga”. Si pudieses volar al espacio, es la corona verde que circunda el Ártico, un enorme cinturón verde que mantiene a la tierra respirando.
En invierno, el bosque está cubierto de nieve que se derrite en marzo o abril, y en las partes más septentrionales, incluso en mayo.
En enero, en la región siberiana de Yakutsk, ¡la temperatura media es de 35ºC bajo cero! Alrededor de Helsinki, en Finlandia, las temperaturas son más suaves, con una media de -6ªC. Y a lo mejor no sabías que en julio, es muy útil un bañador en Siberia cuando la temperatura media en Yakutsk es casi la misma que en la costa norte del Mediterráneo, 25.5 ºC.
Y las especies que moran en estos bosques tienen sus trucos para sobrevivir a los cambios de temperatura. Muchos animales del Gran Bosque del Norte cambian de color en función de las estaciones: la liebres, por ejemplo, son blancas durante los meses de invierno y marrones en verano. También las comadrejas e incluso el caribú se vuelven blancos en invierno. La salamandra siberiana puede sobrevivir a temperaturas por debajo de los -35ºC. Lo hace, reemplazando su agua por “anticongelantes” bioquímicos.
Los osos, durante los oscuros meses de invierno, inverna en cavidades bajo el suelo casi la mitad de su vida, incluso pariendo sus crías bajo tierra. Al despertar en primavera, este depredador comienza a comer no sólo carne, también disfruta de bayas, frutas, frutos secos, hojas y raíces.
No existe bosque sin árboles. Las coníferas -en mayoría pinos y abetos- se han adaptado para sobrevivir a largos inviernos y veranos cortos. Sus acículas y hojas contienen muy poca savia, lo que ayuda a evitar la congelación. Su color oscuro y morfología triangular ayudan a absorber la mayor cantidad de luz solar posible.
Y debajo de los árboles, además se almacena grandes cantidades de carbono -mucho-, incluso más que los bosques tropicales. Necesitamos proteger la casa del tigre siberiano y la del oso y de la salamandra y la de otras innumerables especies. Y la cantidad de CO2 almacenado en el Gran Bosque del Norte es otras de las grandes razones para proteger este maravilloso invierno.
Estos árboles han permanecido en pie durante siglos, protegiendo a estas especies pero también salvándonos a todos nosotros de los impactos del cambio climático. Juntos podemos mantener estos árboles en pie, únete a nosotros a través de www.greatnorthernforest.org