Hoy comienza la reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en Agadir (Marruecos). En esta ciudad 88 países que forman parte de la CBI, van a decidir si se abre o no la caza de ballenas después de que se firmase una moratoria en 1986.
Esta cumbre está envuelta en polémicas. La primera; que dos activistas de Greenpeace Junichi Sato y Toru Suzuki pueden enfrentarse a 16 meses de cárcel por denunciar que Japón malversa con fondos públicos financiando la supuesta “caza científica” de ballenas en el Santuario de la Antártida y que además blanquea esta carne a través del mercado, acabando en los platos de muchos restaurantes. Que se defienda a quienes matan las ballenas y se encarcele a quienes las protegen es indignante, pero el halo de “vendidos” no acaba aquí.
La segunda; se ha rumoreado durante años que Japón compra los votos a favor de la caza de ballenas a numerosos países. El 13 de junio, nos despertamos con esta noticia publicada en “The Sunday Times” (1) - “Japón compra votos para la Comisión Ballenera Internacional a través de vuelos, mujeres y dinero”. Hemos considerado que no hay nada más interesante que traducir esta escalofriante noticia:
"…. El funcionario de la República de Guinea apenas se inmutó cuando el grupo de lobby inglés le hizo una oferta irregular mientras tomaban un café en un hotel de Barcelona. La intención de la representante era comprar el voto de Guinea para la próxima reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
En lugar de sorprenderse, indignarse y protestar por esta corrupción, Ibrahima Sory Sylla, el director nacional de la pesca de Guinea, llamó de inmediato por teléfono a su ministro. "He hablado con él [el ministro] sobre la negociación que me proponen", nos informó, "nos corre prisa ... debemos tomar una decisión”. Esto no era una garantía de éxito. El grupo de presión se enfrentaba a un gran rival: la Agencia de Pesca de Japón, que durante años ha conseguido que Guinea sea su aliado en la CBI. Sylla ya nos había explicado la generosidad de Japón hacia Guinea, en términos del dinero, hacia su ministro. Nos predijo que Japón les haría una muy buena contra oferta."
Este tipo de negociaciones para comprar votos en la CBI han sido objeto de rumorología durante años, pero nunca se habían grabado en vídeo. El grupo de lobby inglés estaba compuesto por un periodista encubierto del “The Sunday Times”. Las grabaciones de reuniones con funcionarios para que voten a favor de la caza de ballenas en todo el mundo revelan el secreto tan bien guardado por Japón de sus operaciones de compra de votos que Tokio ha negado durante décadas. Además, abren serias dudas sobre la credibilidad de la CBI.
…...El artículo continúa con representantes de otros países como Kiribati, Tuvalu, las Islas Marshall, algunas Islas del Pacífico e incluso países que no tienen costa......pero lo más interesante fueron lo que estos países nos contaron acerca de sus relaciones con Japón.
La caza de ballenas es cruel, los balleneros dicen que usan arpones explosivos para matar a los animales "rápidamente", pero la Comisión Ballenera Internacional estima que la muerte toma un promedio de 14 minutos si el arpón entra con precisión - y potencialmente horas si no.
Las ballenas que no mueren de inmediato se las dispara con rifles. Sin embargo, los activistas de Greenpeace que han sido testigos de incidentes de este tipo dicen que algunas criaturas se arrastran hasta ser ahogadas. La caza de ballenas tiene una herencia cultural en Japón, Noruega e Islandia tienen una larga historia de la caza costera de ballenas a pequeña escala, pero esto está muy lejos de la versión industrializada moderna. Greenpeace realizó una encuesta en 2006 y encontró que el 69% de la población de Japón estaba en contra de la caza de ballenas y sólo el 5% consumía su carne.
Celia Ojeda, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace