Dicen que el Congreso de los Diputados es la casa de todos. Sin embargo esto se incumple cuando de él salen leyes injustas y en contra de la mayoría de la opinión pública. Este es el caso de la modificación de la Ley de Costas. Una modificación que supone la pérdida del dominio público, es decir el de tod@s,  frente a los intereses de unos pocos. Además de priorizar la destrucción frente a la conservación y protección de la costa. Uno siente una gran indignación cuando ve, que la nueva Ley de Costas sigue su curso burocrático, a pesar del gran movimiento social que ha habido en su contra.

La desobediencia civil y la resistencia pacífica es lo único que nos queda cuando las leyes no nos protegen. Con estos sueños y deseos en nuestras mochilas, y un manojo de nervios en el estómago acudimos al Congreso de los Diputados en Madrid. 

Gracias a los andamios que hay instalados pudimos acceder a la parte más alta. Una vez allí, nos aseguramos con material de escalada y enseñamos nuestro mensaje: “El PP vende nuestra costa”. Prisas, nervios y toma de decisiones rápidas. La policía llegó rápidamente y accedió al tejado, a pesar de no llevar ningún tipo de material de escalada. Por seguridad de los policías y para evitar un accidente, decidimos poner fin a la protesta y colaborar con los agentes.

Después del desalojo nos llevaron a comisaría, lectura de los derechos, fotos de frente y perfil, huellas dactilares... para terminar en el calabozo. Una experiencia dura y tensa ya que nos quitarnos los cinturones, cordones de los zapatos, etc. La parte buena es que nos dieron de comer :) 

Unas horas después, cuando el abogado llegó, nos pusieron a disposición judicial. Nos informaron de que nos iban a llevar a la Audiencia Nacional y que podrían condenarnos a entre 3 y 5 años de cárcel.  Una vez en la Audiencia Nacional nos metieron en los calabozos y fuimos a declarar uno a uno. En esos momentos, el cansancio empieza a hacer mella, a lo que se suma la tensión de tener que declarar ante el juez.

Después de 12 horas de comisaría en comisaría, finalmente nos dejaron en libertad provisional teniendo que ir a los juzgados una vez al mes, mientras se cierra el proceso judicial. La última sorpresa fue a la salida de la Audiencia Nacional, cámaras de televisión, fotógrafos … hasta ese momento no eramos conscientes de la repercusión mediática que la actividad había tenido. Una excelente noticia, porque ha ayudado a que se hable de la Ley de Costas y demostrar que no vamos a descansar hasta que pare este atentado medioambiental.

Hoy, un día después de la acción, siento que su éxito y poder acceder al Congreso, ha sido gracias al trabajo previo de muchos movimientos sociales que tenían este mismo objetivo. Por ellos, por todos, por los ciudadanos y por cada paso que hemos dado juntos, hoy me siento orgulloso de ejercer la desobediencia civil como herramienta por el cambio.

Juande D. Fernández, (@Juande_Fdez), activista de Greenpeace (#CostaPPrivada)

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