Rajoy se reúne hoy y mañana con sus colegas europeos para debatir qué hacer con la grave dependencia energética que padece la Unión Europea, como ha quedado de manifiesto, otra vez, con la “crisis del gas” en Ucrania.
Un debate importante en el que subyace otro más trascendente aún: hacia dónde debe ir Europa con su política energética, es decir, cuánta energía renovable, cuánto ahorro energético, cuánta reducción de emisiones. El debate se basa en la propuesta que presenta la Comisión Europea. Lamentablemente, los objetivos que propone harán muy poco por reducir la importación de combustibles fósiles.
Eso es lo que descubrimos en un informe que Greenpeace ha realizado basándose en una investigación del Instituto Alemán de Termodinámica: “Una hoja de ruta para una independencia energética sostenible". El análisis muestra que adoptar objetivos más ambiciosos en renovables y eficiencia energética reduciría las importaciones un 45% más que la opción de la Comisión.
Pero ¿Qué más dice el informe? ¿Qué podemos hacer para alcanzar la famosa independencia energética?
- Usar menos energía y generar más energía limpia. En este momento el mayor emisor de CO2 en Europa es el sector eléctrico (el carbón, el petróleo y el gas son los responsables de más de la mitad de la energía que usamos) Para 2030 nuestro informe dice que el 75% de la energía de la UE podría venir de fuentes renovables, donde el viento y el sol podrían aportar lo mismo que aporta hoy en día el gas y el carbón. Un ejemplo claro es España, donde en 2013 la electricidad procedente de fuentes renovables superó el 42%. Y por supuesto, se necesita construir menos centrales eléctricas si se utiliza menos energía. Por eso el ahorro de energía es una parte clave del plan (por ejemplo la política de la UE para promover electrodomésticos más eficientes).
- Mejorar la eficiencia del transporte. En realidad la mayoría de los ahorros previstos en este sector no provendrían de los vehículos eléctricos a corto plazo (ya que la electrificación del transporte será progresiva), sino en primer lugar de hacer que los vehículos convencionales sean más eficientes y se muevan menos kilómetros. Las mercancías que se mueven en camiones y por autopistas tendrían que moverse por la red ferroviaria.
- Usar para la calefacción el calor de la tierra en vez del gas. Las renovables representan actualmente alrededor del 15% de la calefacción de Europa y se necesitará un aumento de cerca del 50% en 15 años. ¿Cómo? Bueno, con eficiencia energética, a través de sistemas de aislamiento de las viviendas y con nuevas normas de construcción, se podría reducir las necesidades de calefacción en una quinta parte, por lo que es un objetivo más fácil de alcanzar. Al mismo tiempo se necesitarían medidas para promover energías renovables para calefacción, como la geotérmica.
¿Que quiere decir todo esto? Pues que con más renovables necesitaremos importar mucho menos petróleo, gas y carbón. Alrededor del 53% de la energía de Europa es importada, una cifra que podría cambiar sólo marginalmente bajo los planes actuales de la UE. Mejorar la eficiencia y aumentar la energía limpia podría reducir las importaciones en un 45% con respecto a la propuesta de la Comisión. Por ejemplo, un transporte más eficiente y eléctrico reduciría las importaciones de petróleo en un 45%, mientras que utilizando menos gas para la electricidad y la calefacción se reducirían las importaciones de gas en más de un tercio. El carbón ya no se importaría en absoluto, ya que casi no lo utilizaríamos en 2030. Dicho esto, no hay una solución rápida, pero las energías renovables y la eficiencia podría tener un impacto muy grande en el medio plazo. Esto es importante económicamente.
La UE gasta aproximadamente 421.000 millones de euros (netos) al año en importaciones de energía (y España sola más de 57.000 millones), por lo que cualquier ahorro en importaciones repercutiría altamente en nuestra economía.
¿Qué puedes hacer tú?
- Hazte socio y ayúdanos a seguir defendiendo otro modelo energético.