El año pasado Greenpeace evaluó en detalle cómo la industria textil y en concreto algunas marcas internacionales son responsables de la contaminación química del agua en todo el mundo y llamamos al informe Trapos Sucios. También comprobamos cómo esta contaminación se extendía a las prendas de ropa que se vendían lejos de aquellos países donde se fabrican, era Trapos Sucios 2: Aireando la ropa. Ahora, en Trapos Sucios 3: Recarga, mostramos y cuantificamos en cómo de cómplices nos convierten estas empresas de contaminar nuestros ríos, con el cotidiano gesto de lavar la ropa que compramos a estas marcas. Contaminación muy alejada de los países donde se fabrican estas prendas....en nuestros ríos y desde nuestras lavadoras. Sin saberlo formamos parte de la cadena de contaminación y vertemos en cada colada sustancias peligrosas que degradan nuestros ríos.
Street Art en el World Fashion Centre de Amsterdam
Algunas marcas ponen restricciones a sus proveedores sobre el contenido máximo de contaminantes que pueden ir en sus prendas. En el caso de NPE (nonilfenol etoxilato) es, en los mejores casos, de 100 ppm (partes por millón). Puede parecer insignificante, pero si consideramos que en 2010 se importaron a España, desde fuera de la UE, más de un millón de toneladas de textil, la cantidad de esta sustancia tan peligrosa para el medio ambiente vertida a nuestras aguas podría superar las 100 toneladas. Y con algo tan fácil y cotidiano como hacer la colada...
Y todo ello a pesar de que el uso de estas sustancias en la fabricación textil ha sido eficazmente prohibido en la UE y que la Directiva Marco de Aguas establece que esta sustancia debe desaparecer de las aguas europeas en 2020. En la UE, se ha calculado que la emisión de NPE debida al lavado de productos textiles importados de fuera de la Unión constituye, con mucho, la mayor fuente de estas sustancias que llegan a las depuradoras de aguas residuales. Sin embargo, las depuradoras no eliminan su potencial contaminante sino que lo incrementan, ya que aceleran su degradación y se transforman en NP (nonilfenol) más peligroso aún por ser persistente, bioacumulativo y tratarse de un potente disruptor hormonal. El ciclo de la contaminación no está cerrado. Tienen que ser las autoridades públicas de los países, productores y consumidores, y las grandes marcas quienes se comprometan a hacerlo.
¿Cómo de sucia es tu colada?
En este tercera entrega de la saga Trapos Sucios los consumidores nos convertimos en malos. Sólo de esos malos que, de forma inconsciente, se transforman en cómplices de la trama pero que tienen en sus manos la posibilidad de revertir la situación. ¿queremos seguir en este papel? En la mano de las grandes marcas está que esto ocurra rápido y que no se queden sólos en el papel de los malos de la película.
Sara del Río (@saradrio), responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace
- Informe Trapos sucios. Marzo 2012
- Post 15/03/2012: Detox. No vamos a parar hasta que acabe esta locura ¿Te apuntas?