Justo hoy, antes de empezar a escribir este post, leía en una actualización sobre los transgénicos en China, elaborada por un periodista chino, que Greenpeace es la única ONG que abiertamente se levanta contra los transgénicos en este país, y que una sola voz está lejos de ser suficiente, pero aún así conseguimos grandes resultados como este. ¡Me ha llenado de orgullo, de mucho orgullo, pero la realidad es que no estamos solos!
Fueron necesarios 7 años, un equipo joven e ilusionado y muchos seguidores concenciados y devotos, para que en septiembre de 2011 el Gobierno chino dijera que suspendería la comercialización de arroz modificado genéticamente.
Los orígenes del cultivo del arroz se remontan a los valles del Río Yangtze en China, y se estima que todo empezó hace más de 7.000 años. A partir de ese momento, el arroz se ha convertido en una parte integral de la vida y la cultura china. Dejarlo en manos de multinacionales que sólo buscan el beneficio a través de sus inversiones en tecnología y de las patentes sería un atentado contra la soberanía alimentaría.
En este tiempo se ha demostrado que el ingenio, la persistencia, la coherencia y el rigor de las investigaciones de Greenpeace solo pueden dar un resultado. Lo lamentable es que se tarde tanto tiempo, porque de esta forma todos estamos perdiendo, para demostrar que tenemos la razón.
La campaña ha mostrado las verdaderas soluciones, algunas se llevan poniendo en práctica desde hace más de 2.000 años, ha dejado que los agricultores fuesen los protagonistas de sus propias historias, ha puesto en evidencia cómo los organismos públicos autorizan los transgénicos sin informar a la ciudadanía, ha servido de altavoz para los consumidores y consumidoras, y ha trabajado con el sector alimentario para conseguir que las empresas se comprometeran no utilizar transgénicos.
Me gustaría ahora invitaros a visitar la excelente “webstory” de nuestros compañeros de China donde se explica cada uno de estos puntos con todo el detalle y donde, con imagénes fantásticas, se muestra que estamos en el camino correcto
Para terminar os dejo una reflexión de uno de los fundadores de Greenpeace, Bob Hunter: “los grandes cambios parecen imposibles cuando empiezas, pero inevitables cuando terminas.” Para eso estamos aquí, para hacer grandes cambios.
Luis Ferreirim (@LFerreirim), responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace
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