Más de una una tercera parte de nuestros alimentos, incluso algunos de los más deliciosos y nutritivos como los kiwis, sandías, melones, calabacines, manzanas, almendras, brócoli… (se trata de un amplio listado), y casi el 90% de las especies con flor, dependen de las abejas y otros insectos polinizadores.



Sin embargo, las abejas y los alimentos están bajo amenaza. Los plaguicidas tóxicos utilizados en los cultivos y en las flores ornamentales alcanzan el polen y el néctar de los que se alimentan las abejas, y afectan a su salud. Esto se debe a un modelo de agricultura destructiva que utiliza de forma masiva sustancias químicas peligrosas y que está promovida por unas pocas empresas multinacionales. Estas empresas no sólo están amenazando a las abejas, también ponen en riesgo la diversidad y seguridad alimentaria.

Para poner en evidencia los problemas derivados de este modelo agrícola, que nos está llevando hasta al borde del precipicio, durante las últimas semanas Greenpeace ha publicado informes científicos, videos y llevamos a cabo acciones contra las empresas que producen los plaguicidas tóxicos para las abejas.

Hemos analizado el polen que recolectan las abejas obreras y encontramos que más de dos tercios estaba contaminado con un máximo de 17 productos químicos tóxicos diferentes en una misma muestra. También mostramos que nuestros jardines, balcones y parques públicos se pueden convertir en un auténtico Eden tóxico, y por ello pedimos a las empresas que dejaran de vender plantas que contengan estos venenos y que promuevan las plantas ecológicas y amigas de las abejas. Muchas empresas han reaccionado rápido puesto que no quieren ser cómplices de este grave problema.

Para expresar nuestras preocupaciones, asistimos a la junta general anual de Syngenta y Bayer. Cuando estas empresas negaron que sus productos químicos contribuyen al declive de las abejas, como lo hacen siempre, expusimos sus mentiras y mostramos cómo presionan agresivamente a los políticos para proteger sus intereses privados.



En España mostramos también la gran importancia que tienen las abejas y otros insectos polinizadores para la agricultura. Con el informe Alimentos bajo amenaza dimos a conocer lo que supone económicamente la polinización por insectos para los principales cultivos de consumo humano en España y en las comunidades autónomas, el grado de vulnerabilidad de la agricultura ante la pérdida de estos insectos y su situación específica, bien como de los plaguicidas que los amenazan en España. En este informe quisimos también dar voz a personas y entidades implicadas en la conservación de los insectos polinizadores o para las cuáles su actividad depende de estos insectos.

Para culminar el trabajo para Salvar a las Abejas y a la Agricultura llevado a cabo durante estas intensas semanas, alrededor de 1.000 voluntarios de Greenpeace organizaron actividades en 110 ciudades de toda Europa para informar a las personas sobre la importancia de las abejas para nuestra seguridad alimentaria y a la vez pedirles que actúen. Las actividades se desarrollaron en coloridos mercados callejeros, conciertos y en centros de jardinería desde Hamburgo a Roma y desde Sofía a Málaga.

 

Estas actividades son sólo unos pocos ejemplos del creciente movimiento internacional de jardineros, consumidores, agricultores, expertos y apicultores que alzan sus voces para defender nuestras abejas y promover la agricultura ecológica. Los responsables políticos de Europa deben escuchar estas voces. Tienen que prohibir de inmediato todos los plaguicidas peligrosos para las abejas y poner en práctica planes de acción para salvar a las abejas en el largo plazo.

Afortunadamente, hay esperanza para las abejas, el cambio es posible y viable y se está llevando a cabo en todo el mundo. Existe una solución y una manera de salir de la actual crisis agrícola industrial, se llama agricultura ecológica. La agricultura ecológica fomenta la biodiversidad en la naturaleza para producir alimentos sanos para todos, y al mismo tiempo protege el planeta y las abejas.

Al igual que las abejas activistas, las Greenbees, también debemos actuar ahora para proteger nuestros alimentos y permitir que las abejas prosperen de nuevo en un mundo libre de químicos y donde la agricultura ecológica sea el modelo predominante.

Debemos actuar sin más demora, juntos y como un grande enjambre humano, para proteger a la agricultura y a nuestra alimentación. Pero, para ello tenemos que seguir escuchando el zumbido de las abejas. ¡Firma la petición para salvar a las abejas!

No pararemos de volar detrás de nuestros sueños, porque son también el de millones y millones de personas.

¿Qué puedes hacer tú?

- Firma para salvar a las abejas y compártelo con tus amigos/as

- Sigue a las abejas en Twitter con el hashtag #SOSabejas