Hace un año por estas fechas publicamos una entrada con buenas noticias: Letonia se declaraba Zona Libre de Transgénicos tras aprobar una normativa que prohibía su cultivo.
Este año lo empezamos con otra buena noticia: Polonia también acaba de prohibir el cultivo de transgénicos. Su caso es aún más importante, porque había permitido el cultivo de organismos modificados genéticamente durante muchos años, aunque en más de una ocasión se intentara prohibirlos. Pero esta parece la definitiva, y a partir del 28 de enero no se podrá cultivar en territorio polaco el maíz MON810 ni la patata Amflora, los dos únicos cultivos transgénicos permitidos en la Unión Europea.
Es más, el año pasado BASF anunció que dejaría de comercializar la patata Amflora en Europa debido a su rotundo fracaso comercial, pero aún así Polonia ha decidido jugar por lo seguro y ha prohibido también su cultivo. Según la propia BASF esta decisión se debió al rechazo de “consumidores, agricultores y responsables políticos”, y lo hizo de forma acertada, porque la mayoría de la ciudadanía europea rechaza este tipo de alimentos. Pero como bien estamos observando últimamente, en España importa poco la opinión de la ciudadanía, y en materia de transgénicos no es una excepción.
España, sola
España sigue remando contra la marea, sola, cada vez más sola. Hasta ahora ocho países europeos sembraban transgénicos: seis el maíz MON810 (Portugal, República Checa, Eslovaquia, Rumanía, Polonia y España) y dos la patata Amflora (Alemania y Suecia). Pero nuestro país es el único que lo hace a una escala considerable (según estimaciones del MAGRAMA, porque el Ministerio de Agricultura sigue sin ofrecer cifras exactas tras 15 años de trasngénicos).
Ahora que la patata transgénica se va a dejar de comercializar y Polonia ha prohibido el cultivo de transgénicos, solo van a quedar cinco países que los cultivan frente a diez que ya los prohíben, entre ellos grandes potencias agrícolas como Francia o Alemania (que prohíbe el cultivo del maíz MON810). Los otros países europeos que también han optado por la prohibición son Austria, Bulgaria, Grecia, Hungría, Luxemburgo, Italia, Suiza y Turquía.
¿Por qué en España tenemos que ser diferentes en lo malo, cuando podemos serlo sólo en lo bueno?
Luís Ferreirim (@LFerreirim), responsable de Agricultura de Greenepace España