La Unión Europea consume la mitad de la madera que se exporta desde la Amazonia.
Si tenemos en cuenta que cada ocho segundos desaparece una superficie equivalente a un campo de fútbol (más de 3 km2 a la hora), nos podremos hacer una idea de lo que estas importaciones suponen. Podríamos decir que Europa se está comiendo la selva Amazónica a un ritmo indigesto, indigesto para el clima: las grandes masas de bosques tropicales son beneficiosas como reguladoras del clima y como esponjas de CO2. Las necesitamos para vencer en la lucha frente al cambio climático.
Si pensamos seriamente en lo que está pasando con la deforestación tropical y la falta de control con la madera que llega a nuestras fronteras, sólo podemos concluir que se trata de un expolio: ¡barra libre! ¡más madera!. Sorprendentemente no existe ninguna legislación que impida que madera procedente de talas ilegales entre en nuestro mercado y acabe, por ejemplo, en un banco del parque de enfrente de tu casa, o en la ampliación del Museo Nacional Reina Sofia.
Por eso te pedimos que firmes para exigirle a la Comisión Europea que regule esta situación, y que como blogger, nos ayudes a difundir esta iniciativa colocando en tu blog alguno de los banners que podrás encontrar en la web por la ley de bosques.
Desde ya, gracias.
Alejandro Fernández, coordinador marketing online de Greenpeace.