Después de algo más de un día intentando mantener el paso recto en suelo de Palma de Mallorca, anoche zarpamos con destino Ibiza.
Comenzamos así la segunda semana del tour y seguimos con una fuerza apabullante, pero con una baja a bordo. Dacha, una de las científicas del ICM-CSIC se ha fracturado una pierna en la playa y ha sido trasladada al hospital de su ciudad. La echaremos de menos y desde aquí estaremos pendientes de su recuperación.
Ha sido una mañana de las más emocionantes que hemos vivido en este tour. Todos hemos centrado nuestra atención en los buceadores del Arctic Sunrise que han sido el alma de una protesta submarina en el pecio para pedir que se ponga freno al vertedero en que se está convirtiendo el Mediterráneo.
A pesar de que todos hemos seguido con ojo avizor los hechos, no hemos podido ver el resultado hasta que no nos han mostrado las fotografías tomadas bajo el agua.
Con el mensaje “El mar no es un basurero”, los activistas han demandado el reflotamiento del buque Don Pedro. Mientras nos asomamos por la borda, me comenta Pilar, responsable de la campaña de Costas de Greenpeace, que el Don Pedro, como todos los barcos en funcionamiento, contiene una amplia gama de productos peligrosos. Existen todavía en este fondo marino metales pesados y amianto. Una gran amenaza contra el mar de Ibiza.
Todos somos conscientes de que los residuos deterioran el paisaje. Pero quizá se nos escape que también hacen peligrar la vida de las especies que habitan en la zona y que, en igual medida, pueden afectar a la salud de las personas, ya que generan focos de infección.
A bordo del Arctic Sunrise, Diego Valor, editor web de Greenpeace