Ana Carla impresiona, tiene unos ojos que te cautiva, un azul celeste como el mar que navegamos y un fascinación por su trabajo que se transmite cuando habla.



A los 17 años se enamoró de Greenpeace, ella lo cuenta así "Greenpeace es ese hombre del que sabes que nunca deberías enamorarte pero te enamoras"- dice mientras sonríe. Empezó a esa edad, con 17, como voluntaria de la organización en Argentina, país que la vio nacer, y 17 años después empezó a trabajar como marinera profesional en los barcos de Greenpeace.

Recuerda con especial ilusión aquel tiempo en el que aún no era marinera y fue activista y voluntaria en Greenpeace España, antes de los barcos y hasta que empecé como marinera y me mude a Chile "fueron buenos tiempos, España es mi segundo casa y fue en la oficina española donde me dieron la carta de recomendación para trabajar en Greenpeace Internacional".

Ha recorrido medio mundo embarcada, su vida son tres meses a bordo y tres en tierra. El trabajo del marinero es duro y varía mucho, se ocupan de limpieza, maniobras, mantenimiento y pintura del barco, botes, prepara materiales y lo que surja, son los comodines para todo. Acompañan a los oficiales en las guardias y cada hora hacen una ronda por todo el barco.

Su barco preferido de Greenpeace siempre será el Rainbow Warrior II, donde conoció a su marido, Andrés, también marinero, mecánico de botes, también con tres meses en tierra y tres en el agua...navegan en barcos distintos y hacen encajes de bolillos para verse "nos echamos mucho de menos, pero el amor no sabe de barreras", y ellos las superan a base de muchas toneladas de amor.

Lo que echa de menos cuando navega es su casa, su familia, sus animales y cuando está en tierra la adrenalina de los barcos, el saber que lo que haces sirve, el sentir que es importante tu trabajo. "Desconectar en tierra es difícil, tu vida en los barcos es intensa, la tripulación es tu familia y se echa mucho de menos, aunque yo no sé parar y tengo muchos proyectos profesionales cuando me bajo de los barcos".

Su primer viaje como marinera fue en 2009, cuando fueron a Copenhague por la cumbre del clima. Todos nos acordamos de esos momentos, por lo menos dentro de la organización, y especialmente en España ya que fueron unas intensas navidades con nuestro director ejecutivo encarcelado en Dinamarca. Ana Carla lo recuerda así "El momento más emocionante que he vivido a bordo de los barcos fue cuando soltaron a los cuatro detenidos en Dinamarca, llevábamos días haciendo vigilias y manifestaciones, recibiendo cartas de los familiares, imágenes de apoyo desde todo el mundo, fue super emocionante verles salir y poder abrazarles".

Ella tiene que seguir con las cosas del barco, el Arctic Sunrise es un viejo gruñón que necesita muchas manos. Durante la primera parte del tour, Ana Carla vivirá en el Arctic Sunrise este periplo apoyando la pesca sostenible. Y tu...¿quieres poner tu granito de arena por la pesca sostenible? Entra y firma tu barco de papel y crea tu flotilla, los océanos te necesitan y no hay tiempo que perder.

En Barcelona, Nadia González (@nadianit), Digital Manager de Greenpeace

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