Ayer por tercera vez la Audiencia Nacional declaró ilegal el hotel construido en la playa de El Algarrobico en el Parque Natural de Cabo de Gata (Almería). En concreto vuelve a confirmar una vez más los 100 metros de servidumbre dentro de los cuales se ha construido ilegalmente una parte sustancial de este edifico que se mantiene en pie, incólume e impasible.
Tan impasible como las dos administraciones, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Medio Ambiente, cuyos responsables desde el inicio de esta legislatura parecen no darse por aludidos ante este despropósito urbanístico vapuleado por ilegal, no ya sólo por las organizaciones ecologistas y ciudadanas, sino también una y otra vez por los Tribunales de Justicia.
Tanto el Presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, como el Presidente Zapatero prometieron una y otra vez que el hotel sería demolido. Pero ahí sigue como vergonzoso ejemplo de lo que ha sido el urbanismo en nuestro litoral en la última década. Uno se pregunta dónde están los responsables de que este mamotreto siga todavía en pie, y por qué no están moviendo un dedo para terminar con él.
Durante la última década nuestra costas han sufrido el embate continuado y abusivo de la construcción sin límites. Todavía hoy muchos ciudadanos estamos a la espera de que desde las administraciones se dé al menos una pequeña muestra de que hay propósito de enmienda. Pero el tiempo se agota.
En esta ocasión hay una decidida acción por parte de organizaciones ecologistas con el ánimo de que, esta aberración urbanística no quede impune. Ayer mismo Greenpeace presentaba otro recurso contra un nuevo intento de la Junta de Andalucía de legalización encubierta de la obra.
Probablemente el Algarrobico caerá, a pesar de todo.
Juan López de Uralde, director de Greenpeace España