Ya sólo queda España cultivando maíz transgénico en la Unión Europea. El pasado martes, la ministra federal de agricultura alemana, Ilse Aigner, anunció la prohibición de cultivar en aquel país el maíz transgénico de Monsanto MON 810. La ministra alemana ha afirmado que "existen motivos legítimos para asumir que el MON 810 supone un riesgo para el medio ambiente".
Así que Alemania se ha decidido a aplicar el artículo 23 de la Directiva Europa de transgénicos, que permite prohibir los Organismos Modificados Geneticamente(OMG) como medida nacional de emergencia ante la posibilidad de un daño medioambiental. Así se suma a Francia, Austria, Grecia, Hungría, Luxemburgo...
La decisión alemana es de gran trascendencia y deja la posición española aún más en evidencia. En España se cultivan anualmente 80.000 hectáreas de este tipo de maíz, prohibido ahora de hecho en ocho países europeos. La pregunta evidente que uno debe hacerse es: cómo es posible que el maíz transgénico dañe al medio ambiente en Alemania, y no lo dañe en España...o tal vez nos estén ocultando algo.
Lo cierto es que es incomprensible el soporte que el gobierno de España da a los cultivos transgénicos, mientras se eliminan del conjunto de la Unión Europea. De hecho, esta decisión alemana desnuda la posición del Ministerio de Medio Rural de apoyo constante y sin fisuras a los OGM.
Así que, por coherencia, quedamos a la espera de que en España también se prohíba este tipo de cultivos. La ministra del ramo, Elena Espinosa, deberá explicar en qué se basa el apoyo de su ministerio en los últimos 5 años al maíz transgénico de Monsanto. Si no es capaz de hacerlo, que lo prohíba de una vez.
Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace España
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