Los políticos europeos han concluido hoy un acuerdo histórico para impulsar el desarrollo de las energías renovables en la Unión Europea, y con ello dotar de un suministro energético más limpio y seguro a millones de personas. El acuerdo alcanzado entre las instituciones de la UE para dar luz verde a la nueva directiva de energías renovables es un rayo de esperanza entre las patéticas posiciones, más propias de la edad de piedra, de los estados europeos sobre el resto de elementos del paquete climático.
La valoración de Greenpeace sobre el acuerdo de renovables es de un ocho sobre diez. Estamos ante el comienzo de una nueva etapa en que las energías renovables se van a consolidar, sin duda alguna, como la solución clave para el cambio climático y la economía.
La nueva directiva define objetivos nacionales obligatorios en cada estado miembro para componer el objetivo conjunto de un 20% de energía renovable para 2020. Prevé nuevas o mejores políticas de apoyo para las energías renovables en la generación de electricidad, calor y frío, y transporte. Da a los estados miembros la opción de cooperar para alcanzar sus objetivos y también incluye cláusulas para simplificar los procedimientos administrativos y facilitar el acceso de las renovables a las redes energéticas.
Greenpeace ha seguido de cerca las negociaciones desde que la Comisión Europea lanzó su propuesta a principio de año. En este tiempo, hemos visto enormes presiones para hacer descarrilar el acuerdo o para vaciarlo de contenido. También hemos visto el buen hacer de la representación española, en defensa de una directiva de renovables bien fundamentada, lo que contrasta con la labor obstruccionista de España en otros aspectos del paquete climático. Nos felicitamos por el resultado y por la defensa de las renovables asumida por España, ya que nuestro país tiene las condiciones óptimas para liderar el crecimiento, no sólo europeo sino mundial, de estas energías limpias.
Por eso Greenpeace pide al Gobierno español que, en la nueva ley de energías renovables que ha prometido, no se conforme con el objetivo del 20% para 2020 que exige la directiva, sino que vaya más allá y fije como objetivo nacional que el 30% de toda la energía y al menos un 50% de la electricidad provenga de renovables en 2020.
La única pega está en el apoyo que el acuerdo sigue dando a la promoción a gran escala de los biocombustibles, sin haber puesto salvaguardas suficientes que permitan evitar los daños que causaría su uso de manera insostenible. Aunque el objetivo del 10% de renovables en el transporte se ha debilitado, la directiva promueve una fracción demasiado alta de estos combustibles cuya sostenibilidad no está garantizada.
En cualquier caso, esta directiva muestra que los políticos europeos son capaces de ofrecernos un suministro energético limpio y sostenible. Pero este acuerdo podría ser como un masaje antes de recibir un duro golpe, ya que las negociaciones sobre el resto del paquete climático no hacen más que abrir un agujero detrás de otro.
El informe [R]evolución Energética de Greenpeace demuestra que desarrollar las renovables y mejorar la eficiencia podría ahorrarnos 500 mil millones de euros en combustibles hasta 2020. Según este estudio, desarrollado para Greenpeace por el Instituto de Termodinámica Técnica del Centro Aeroespacial Alemán (DLR), la UE puede reducir sus emisiones invirtiendo en energía limpia y abandonando la energía nuclear y el carbón.
- José Luis García, responsable de la campaña Cambio Climático y Energía de Greenpeace España.