- El tratado marca un objetivo que solo se puede alcanzar con el abandono total de los combustibles fósiles en 2050 como tarde.
- No es suficiente y deja la responsabilidad a los países, que deben aumentar sus compromisos para reducir las emisiones.
En relación al acuerdo alcanzado en la Cumbre del Clima de París (COP 21) Greenpeace valora positivamente el compromiso de casi 200 países de limitar a 1,5 ºC el calentamiento global pero alerta de que no fija los medios para lograrlo. Este tratado, marca un objetivo que solo es posible alcanzar con el abandono total del los combustibles fósiles en 2050 como tarde.
“A veces parece que los miembros de las Naciones Unidas no pueden unirse, pero casi doscientos países se han reunido y llegado a un acuerdo. Hoy la humanidad se ha unido por una causa común, pero lo que pase tras esta conferencia es lo que realmente importa”, ha declarado desde París el director de Greenpeace Internacional Kumi Naidoo.
“El Acuerdo de París es solo un paso en un largo camino, y hay partes en este acuerdo que resultan frustrantes y decepcionantes, pero es un avance. El acuerdo por sí solo no nos sacará del agujero en que estamos metidos, pero hace que la cuesta para salir de él sea menos empinada”.
El acuerdo establece el objetivo de limitar el aumento de la temperatura de 1,5 grados, pero los objetivos de emisiones en la mesa llevan a casi 3 ºC. Greenpeace considera que eso es un grave problema, pero tiene una solución. La producción con energía renovable ya está creciendo mucho en todo el mundo, pero ahora tiene que acelerarse. Es la única tecnología mencionada en el Acuerdo de París. Según explica Naidoo, “hay una enorme brecha en este acuerdo, pero se puede salvar por la tecnología limpia. Estamos en una carrera entre el despliegue de las energías renovables y el aumento de las temperaturas y el Acuerdo de París podría dar a las energías renovables un impulso vital. La rueda de la acción por el clima se mueve lentamente, pero en París se ha movido”.
“No es momento para triunfalismos, dadas las vidas que se han perdido ya como resultado de los impactos del cambio climático, y las vidas que están en el precipicio según suban las temperaturas. Es momento de actuar con urgencia. El reloj del tiempo avanza y la ventana de oportunidad se está cerrando con rapidez”, añade.
Greenpeace recuerda que ahora los gobiernos tienen que revisar sus objetivos de corto plazo para que estén alineados con los nuevos objetivos, y revisar sus políticas energéticas para acelerar la introducción de energías renovables. Deben dejar de financiar los combustibles fósiles y acabar con la deforestación para 2020.
La organización ecologista advierte de que aunque el Acuerdo de París es legalmente vinculante ya que es un Tratado según leyes internacionales, los objetivos nacionales (los llamados INDC) no son legalmente vinculantes ni lo son tampoco los compromisos de financiación. Esto es así principalmente para permitir que Estados Unidos sea parte de este acuerdo global.
El “Objetivo de Largo Plazo” está escrito en un lenguaje aparentemente incomprensible (“para alcanzar un equilibrio entre las emisiones antropógenas por las fuentes y la absorción antropógena por los sumideros en la segunda mitad del siglo”), pero combinado con el límite de 1,5 ºC implica un objetivo de lograr cero emisiones netas para todas las emisiones alrededor de 2060-2080. Esto efectivamente significa que tenemos que abandonar los combustibles fósiles para 2050.
Los derechos de los pueblos indígenas se encuentran en el preámbulo y en la sección de Adaptación del Acuerdo. Pero no les da la protección que merecen, sobre todo teniendo en cuenta que la protección forestal será clave para el logro de 1,5 grados. El Acuerdo de París reconoce que los países deben respetar y promover los derechos humanos en la lucha contra el cambio climático.
La conferencia contó con buenas iniciativas en torno a las energías renovables en las negociaciones, aunque fuera de las conversaciones oficiales. Por nombrar algunos la iniciativa solar de la India, el lanzamiento de la Iniciativa de Energía Renovable de África, alcaldes y líderes de más de 1000 ciudades que dan su apoyo a un futuro de energía 100% renovable. En el texto, las energías renovables son reconocidas por la necesidad de promover el acceso universal a la energía sostenible en los países en desarrollo, en particular en los de África.