Sigue la protesta contra el tren nuclear. Ayer viernes, en Francia, a pesar del fuerte despliegue policial, varios activistas de Sortir le Nucleaire se encadenaron a las vías y lograron retrasar el viaje del convoy radiactivo durante unas tres horas, hasta que la policía pudo quitarles a última hora de la tarde. Para tratar de despistar a los miles de activistas y, de este modo evitar nuevos bloqueos y retrasos, las autoridades francesas se vieron obligadas a desviar varias veces el recorrido del tren. A pesar de sus esfuerzos, algunos activistas de Greenpeace lograron detenerlo otra vez en la frontera con Alemania, y luego, más adelante, otro grupo de activistas de Greenpeace detuvo el tren durante 2 horas tras lograr subirse a un puente y descolgar una pancarta. El tren volvió a iniciar su viaje alrededor de las 18:15 del sábado.
De momento el tren lleva un retraso de 6 horas pero el grueso de la protesta espera más adelante. Esta es la mayor protesta antinuclear contra los transportes nucleares. Y el movimiento antinuclear sigue creciendo.
En un mitin con cerca de 50.000 personas, el Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, hizo un gran discurso antinuclear. También había alrededor de 16.000 policías: ¿cuánto le cuesta al Estado la custodia policial de los residuos de la industria nuclear?
Y en España, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, empecinado en seguir adelante con su proyecto de cementerio nuclear centralizado, que todo el mundo rechaza y que ni es necesario ni urgente.
De construirse, este cementerio nuclear centralizado obligaría a realizar cerca de 1.000 de esos peligrosos transportes de residuos radiactivos de alta actividad para trasladarlos desde las centrales nucleares que los han producido hasta ese cementerio. En total, sumarían millones de kilómetros por tren y carretera a través de la geografía nacional. Y a un elevado coste económico, incluso sólo considerando la enorme vigilancia policial que debería ponerse a esos transportes. El Gobierno Zapatero debería pensarse mejor si le merece la pena seguir con el proceso del cementerio nuclear centralizado.
Carlos Bravo, responsable de la campaña de Nuclear de Greenpeace
- Campaña de Nuclear de Greenpeace