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Detenidos por defender el clima |
A estas horas del jueves seguimos esperando. Esperamos a que dejen en libertad a los nueve compañeros detenidos tras la acción en la Torre del Oro, en Sevilla, para denunciar los efectos del cambio climático en el turismo.
Una vez que se llevaron detenidos a los activistas a la comisaría de Blas Infante en Sevilla, sólo nos quedaba esperar. Pasamos la tarde delante de la puerta de la comisaria, esperando a que los diez detenidos hablaran con su abogado. La espera se hizo muy larga. Hasta pasadas las ocho de la tarde, no dejaron que el abogado se comunicara con ellos.
A las once de la noche salía el abogado por la puerta de la comisaría. Nos quedamos de piedra cuando nos contó que la polícía les iba a tener detenidos toda la noche. Con la desilusión en nuestras caras nos fuimos a comer algo, que el día había sido muy largo.
Mientras cenábamos, se nos acercó un señor muy amable que se solidarizó con nosotros: “Sé que sois de Greenpeace, muchas gracias por todas las cosas que hacéis para salvar el planeta... sé lo que les ha pasado a vuestros compañeros, y espero que estén todos bien. Muchas gracias y seguid así”.
Esta mañana teníamos la esperanza de que los diez detenidos pasaran a primera hora a disposición judicial. Otro jarro de agua fría, porque las últimas noticias son que el juez no les escuchará hasta las cinco de la tarde.
Una de las cosas que más nos ha sorprendido es la poca información que nos ha facilitado la polícia. Nos hemos ido enterando de las cosas por los medios de comunicación. Nos acusan de haber causado daños en la Torre del Oro. No nos conocen: hubiera sido más expectacular escalar la Torre desde fuera, pero implicaba poner manos y pies, por lo que elegimos no dañar la pared. Y aunque esté feo acusar: fue la policia quien tiró la puerta abajo, aunque ahora ellos nos acusen a nosotros.
Aida Vila
Responsable de la campaña de cambio climático