¿Qué tienen en común China, Vanuatu, Panamá, Japón, Taiwán y EE.UU? El buque MV Lung Yuin: perteneciente a una empresa China, registrado en Vanuatu, anteriormente registrado en Panamá, sancionado por Japón, amarrado en Taiwán y transporta atún que finalmente se vende en EE.UU. Desde luego el atún es una de las especies más viajeras e internacionales, y no solo por sus migraciones.
El Lung Yuin es un “reefer”, un barco auxiliar al que los barcos de pesca transfieren su captura y del que obtienen apoyo logístico (suministro de combustible, víveres...) con lo que pueden permanecer meses y meses en el mar, sin necesidad de ir a puerto. Estos transbordos en alta mar, dificultan el control de quién pesca qué y permiten la entrada en los puertos de capturas ilegales mezcladas con capturas legales que finalmente llegan al consumidor.
Las denominadas “banderas de conveniencia” (cuando el buque enarbola una bandera de un país distinto al del propietario) es otra práctica común en quienes operan ilegalmente. Aprovechan las bajas tasas e impuestos y la falta de control de países como Panamá, Vanuatu, Honduras o Seychelles para registrar sus buques.
Volviendo a la historia del Lung Yuin, este barco pertenece a una empresa taiwanesa perteneciente al grupo empresarial chino Lung Soon, aunque ha enarbolado la bandera de Panamá y de Vanuatu. En 2004 las autoridades japonesas lo retuvieron por actividades ilegales y también ha sido denunciado por vulneración de derechos humanos por la ITF (Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte).
Pasados los años, el Lung Yuin no ha abandonado sus prácticas ilegales. Estos días se encontraba amarrado en Taiwán sin cumplir con el reglamento de este país. Por este motivo, activistas del Rainbow Warrior (en Taiwań realizando su último tour en Defensa de los Océanos) proyectaron el pasado domingo los mensajes “pescado robado” e “¿ilegal en Taiwan?” sobre el casco del barco. Al día siguiente, dos activistas se encaramaron al ancla del barco para evitar que partiese de puerto.
Como sucede con las historias de pesca, muchas veces las contamos desde zonas lejanas pero finalmente llegan hasta nosotros. Pocos días antes de la acción de Greenpeace, la comisaria de pesca de la UE Maria Damanaki, afirmaba que el 19% de las capturas globales de pesca son ilegales y que la UE no está libre de culpa al apoyar esta pesca de manera indirecta mediante la importación de capturas ilegales.
La pesca ilegal, no declarada y no regulada es uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los océanos. Los políticos deben tomar mayores medidas para combatirla, pero también se debe mover ficha desde los otros eslabones de la cadena: los distribuidores y los consumidores.
¡Pide a tu supermercado que adquiera productos provenientes de pesca sostenible!
Elvira Jiménez, campaña de Océanos de Greenpeace