El pasado 22 de marzo, ya te contamos que el Rainbow Warrior llegaba a la capital de Manaus en Brasil, al corazón de la Amazonía. Fue el inicio de lo que está siendo un gran tour. Después de las actividades y de las jornadas de puertas abiertas en Manaus, se reanudaba la travesía por el río Amazonas, camino a Santarém.
El Rainbow Warrior viaja todo el tiempo en aguas brasileñas, ya sean dulces o saladas, hacía el norte, noreste y sureste. Es el mejor megáfono que tenemos en Greenpeace, el que mejor transmite nuestro mensaje: Brasil necesita una Ley de Deforestación Cero.
A bordo se encuentran compañeros y compañeras de diferentes nacionalidades y países como Brasil, España, Italia, Alemania, Reino Unido, Austria, Holanda, Chile, Rusia, Suecia, Ucrania y Estados Unidos.
Todos comparten un objetivo común: conseguir una ley que no permita destruir la Amazonía.
Porque es posible aunar el desarrollo del país y la protección de sus bosques.
¿Sabías que hay un área deforestada suficiente para doblar la producción de alimentos?
Basta con que el campo reciba inversiones para una producción eficiente y para recuperación de las zonas deforestadas. Para esto servirá la ley de deforestación Cero, para garantizar que el bosque pueda ser protegido de las grandes corporaciones del sector agropecuario y de la industria maderera, y sus recursos forestales sean aprovechados por las comunidades locales, indígenas y pequeños propietarios.
Desde España, tú puedes ayudarnos firmando esta petición de apoyo al pueblo brasileño para que se consiga una ley de Deforestación Cero.
Mientras firmas, el Rainbow Warrior sigue su travesía hacía Santarem.
Mónica Parrilla (@MonicaParrill), Campaña de Agricultura y Bosques de Greenpeace.