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Acción de Greenpeace en la playa |
Si eres de una organización conservacionista preocupada por las tortugas, no vayas a llamar a la puerta de TATA en busca de apoyo. El viernes 23 supimos que la megamultinacional ha demandado a Greenpeace por difamación. Nos pide 100 millones de rupias (1.6 millones de euros) en concepto de daños. Greenpeace ha sido muy crítico con el Puerto de Dharma, proyectado junto espacios protegidos donde anidan especies en peligro, como la tortuga golfina.
Esta tortuga, también llamada olivácea o lora, es la más pequeña de todas las tortugas marinas y gusta de formar grandes grupos, cual domingueros, tanto en las playas como en sus desplazamientos marinos. Y TATA debió pensar que ya estaba bien de tanto jaleo playero y que no había mejor manera de acabar con las reuniones ruidosas que cementando la playa. Y a los de Greenpeace, que somos así, nos pareció que no era la medida más adecuada.
Así que comenzamos una campaña contra el puerto, planeado junto al área de Bhitarkanika, la segunda mayor extensión de manglares de toda la India y también cerca del Santuario Marino de Gahirmatha, una de las mayores zonas del mundo de nidificación de tortugas golfinas. A pesar del apoyo de más de 150.000 personas, de demostrar que el proyecto de TATA contraviene la Ley de Conservación de India y de estar pendiente de un pronunciamiento del Tribunal Supremo, el puerto de Dhamra estará operativo en pocas semanas.
Pero no contentos con haber sacado el puerto adelante, desde TATA nos denuncian por protestar de forma creativa y no violenta contra el proyecto. Según ellos, la última provocación insoportable ha sido una versión del famoso comecocos bautizado como “Tortugas vs TATA” en el que una tortuga lucha por su supervivencia comiendo medusas.
La vista previa del juicio es el 27 de julio. Defensores de las tortugas (y de las reuniones en la playa) ¡cruzad los dedos!
Maria José Caballero, responsable de Campañas de Greenpeace