A bordo del Arctic Sunrise/ Conversando con el océano sobre pesca de arrastre

Navegar en un barco es algo que no olvidas, si además es de Greenpeace, se queda grabado en tu retina de por vida. En esta navegación he tenido el honor de navegar al lado de Peter Willcox, uno de los capitanes más legendarios de Greenpeace. Fue él quien estaba a bordo del Rainbow Warrior I cuando fue bombardeado y hundido por los miembros del servicio secreto francés. Navegar a su lado ha sido toda una experiencia. Cada guardia sube al puente y lo primero que hace no es mirar el sinfín de aparatos electrónicos, sino asomarse a la mar y observar tranquilamente y concienzudamente que pasa ahí fuera. Ella y él tienen un diálogo, que sólo ellos entienden, esta vez han hablado de pesca de arrastre.

Hace un mes Greenpeace presentó en rueda de prensa en A Coruña el informe “Hasta que desaparezca el último pez” que explica lo dañina que es la pesca de arrastre de profundidad. Esta pesquería ocurre a miles de metros de profundidad y consiste en arar literalmente el océano capturando todas las especies posibles. Las redes de arrastre no son selectivas, muchas de las especies pecadas se tiran por la borda en forma de descartes muertas o moribundas.

Desde entonces el Arctic Sunrise ha estado denunciando esta pesquería. Comenzamos nuestra campaña con una acción en el puerto de Vigo. Pintamos sobre arrastreros de profundidad “Stop subsidios”, porque esta pesquería a pesar de que solo representa el 0,95 % de los barcos pesqueros españoles, y solo genera el 5.94% del empleo a bordo ha recibido en 15 años 142 millones de euros en forma de subvenciones.

Greenpeace quiere que exista la pesca y los pescadores y pescadoras, pero la pesca sostenible. Por esto estamos trabajando en la reforma de la Política Pesquera Común, queremos que esta normativa que se renueva cada 10 años y que definirá el futuro de los océanos sea más sostenible. En la actualidad se encuentra en su proceso de reforma y los gobiernos europeos tienen la posibilidad de dar un cambio radical a la gestión de las pesquerías. Si hasta ahora, esta, ha sido nefasta ya que tres cuartas partes de los stocks pesqueros mundiales están totalmente explotados, sobreexplotados o agotados, es evidente que necesitamos un cambio.

Y en ello estamos,... por eso el buque Arctic Sunrise de Vigo se dirigió a la principal zona de pesca de los arrastreros de profundidad. Y allí realizamos una acción a un barco de arrastre francés. Francia junto con España, son las dos naciones europeas con más barcos en la zona, que realizan más capturas y por tanto más descartes y que sin embargo más subvenciones han recibido de la Unión Europea.

Si admiro al capitán, deciros que tienen todo mi respeto los activistas de Greenpeace, todos y cada uno han puesto su vida para defender los océanos. Uno de los días cuando hacíamos una acción contra un arrastrero Francés una de nuestras zodiacs acabó dándose la vuelta con los cuatro activistas cayendo a un mar helado. Obviamente dos minutos después estaban a bordo de nuestras zodiacs, eso sí, helados y calados hasta los huesos. Aún así cuando subieron al Arctic Sunrise tiritaban pero con una sonrisa. Yo estaba preocupada por ellos y sin embargo ellos preguntaban: ¿hemos parado la pesquería? ¿nos han hecho caso?

En Greenpeace seguiremos protegiendo el océano, por un futuro con peces, pescadores y pescadoras y pesca sostenible.