Hoy se cumplen 25 años de lo que durante mucho tiempo fue el mayor desastre ambiental de EEUU. Durante estos años hemos tenido que lamentar otros trágicos episodios de vertidos de petróleo como el Prestige en 2002 o el que ocurrió en el Golfo de México en 2010.
Hoy también 14 activistas de siete países diferentes han protestado en Noruega escalando la plataforma petrolífera West Alpha, desplegando una pancarta que dice “No queremos un Exxon Valdez en el ártico ruso”. Uno de los activistas es Ethan Gilbert, que vivía precisamente en Alaska cuando ocurrió el desastre en 1989 y que hoy es parte de los cinco millones de personas que se han unido al movimiento global para salvar el Ártico.
¿Qué pasó hace 25 años?
Eran la medianoche del 24 de marzo de 1989 cuando el Exxon Valdez, un buque monocasco, encallaba en el arrecife Bligh en la bahía del Príncipe Guillermo (Alaska). Una zona conocida por el riesgo de accidentes, pero ahí estaba el petrolero y para colmo con un capitán con problemas conocidos por la empresa. No fueron ni uno ni dos, sino ocho de los once tanques los que se rompieron y comenzaron a verter petróleo. ¡Once millones de barriles de petróleo crudo que afectaron a 1.300 millas de costa!
Las consecuencias ambientales fueron catastróficas para muchas de las especies y hábitats, así como para las personas de la zona, que se dedicaban predominantemente a la pesca. Y es que muchas de las especies de interés pesquero quedaron mermadas. En los cuatro años siguientes Exxon gastó 2.000 millones de dólares para tratar de limpiar su petróleo de las costas alrededor de Valdez. Tan sólo se pudo recuperar el 10% del petróleo derramado. A día de hoy, todavía se puede encontrar petróleo del Exxon en las costas.
Tras un vertido de esas características, la posibilidad de que la zona se recupere es muy pequeña, de hecho así lo reconoce el propio Consejo creado por la empresa para la gestión del vertido.
¿Exxon ha pagado las consecuencias?
A pesar de entonar el “mea culpa”, la petrolera no ha afrontado las consecuencias ambientales ni ha restablecido las indemnizaciones a las personas afectadas. Después de las negociaciones con los abogados de Exxon, se permitió a cada empresa (Exxon y su filial naviera Exxon Shipping Corporation) declararse culpables para reducir los costes y fueron multados juntamente con 25 millones de dólares y se ordenó pagar 100 millones de dólares en concepto de restitución. Los pescadores y residentes afectados interpusieron una demanda civil contra la empresa. Demanda que comenzó cinco años después del vertido. Un jurado otorgó a la población demandante 5.000 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios, pero la empresa Exxon apeló el dictamen y en 2008 (casi dos décadas después de la tragedia), la Corte Suprema de EE.UU. redujo la indemnización 500 millones de dólares. Lo más indignante es que Exxon había publicado un beneficio de 40.000 millones dólares. Más de 3.000 personas nunca vieron ninguna compensación, porque murieron antes de que se resolviera el caso.
Como consecuencia del vertido de petróleo del Exxon Valdez, se requiere a todos los petroleros que navegan por las aguas de la bahia Príncipe Guillermo que tengan doble casco. La Guardia Costera de EE.UU. supervisa su ruta y barcos remolcadores escoltan a los buques cisterna. Por desgracia, este tipo de precauciones rigurosas son una excepción en vez de la norma, en las exploraciones petróleo en Alaska. La compañía Shell Oil intenta extraer petróleo de la costa norte de Alaska, una zona en la que se estima que hay un 40% de posibilidades de que haya un gran vertido (dato aportado por el gobierno federal de EEUU) si las exploraciones continúan. Además de lo remoto de la zona (la Guardia Costera más cercana está a más de 1.000 kilómetros de distancia).
¿Se ha aprendido algo?
Han pasado 25 años, y parece que se ha aprendido poco. En estos años, podemos listar un número de sucesos dramáticos de petroleros que han ocasionado derrames de petróleo con consecuencias sociales y ambientales que son irreparables y perduran muchos años. No sólo eso, Exxon Mobil, ha firmado un contrato con la petrolera rusa Rosneft para extraer petróleo en el mar de Kara este verano. El bloque de perforación elegido se solapa con Parque Nacional Protegido ruso, donde osos polares y ballenas viven junto a una de las mayores colonias de aves del hemisferio norte.
En España tenemos que lamentar el Prestige, catástrofe que ha quedado impune y ahora las islas Canarias y Baleares están bajo esta misma amenaza. Repsol está haciendo una campaña de “desinformación” para intentar hacer prospecciones en busca de petróleo poniendo en riesgo a muchas de nuestras islas.
Un poco más lejos, pero con gran repercusión para nuestro planeta, está el Ártico con grandes amenazas en forma de petroleras como Gazprom, que ya está realizando las primeras prospecciones petrolíferas. Aprendamos en este mal aniversario y rechacemos las prospecciones de petróleo en todo el planeta.
Pilar Marcos @PilarMarcos y Mónica Parrilla @MonicaParrill - Campaña Ártico
¿Qué puedes hacer tú?
Únete a las 5 millones de personas que ha pedido que el Ártico sea protegido y declarado Santuario Global.