“No saben cómo arreglar los agujeros en nuestra capa de ozono. No saben cómo devolver los salmones a aguas no contaminadas. No saben cómo resucitar un animal extinto. Y no pueden recuperar los bosques que antes crecían donde ahora hay desiertos. Si no saben cómo arreglarlo, por favor, dejen de estropearlo” Discurso de una niña de 12 años, Severn Suzuki, a los políticos presentes en la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro

Este año es fundamental para avanzar en la protección marina. Algunos países sí están haciendo sus deberes al respecto, pero otros estamos muy alejados de cumplir con lo prometido hace 20 años en la Cumbre de Río de 1992, es decir lograr una protección que cubriese al menos el 10% de los mares del mundo.

La protección marina mediante la creación de reservas marinas o áreas marinas protegidas es una herramienta fundamental para proteger el ecosistema en su conjunto, los recursos pesqueros o especies paradigmáticas como ballenas, corales o aves marinas.

Pero hay buenas noticias...vienen desde muy lejos, Alaska. Un lugar del planeta donde ha quedado claro durante décadas que los niveles insostenibles de pesca no sólo han afectado a poblaciones de peces, sino también a las especies que se alimentan de peces. Es el caso de los leones marinos de Steller y las focas. De hecho, fue la propia Secretaría de Pesca de Alaska (dependiente del gobierno norteamericano) tras un extenso análisis científico la que decidió tomar -hace una década-  medidas adicionales para conservar a estos mamíferos marinos, cerrando algunas de las aguas que rodean a las islas Aleutianas de la pesca de arrastre, creando unos pequeñas reservas marinas para estos maravillosos animales.

Y eso, a la industria a la industria pesquera y demás amigos en el gobierno del Estado de Alaska no les gustó nada, primero atacaron a los científicos que hicieron la evaluación y después llegaron incluso al Congreso. Ante semejante ataque Greenpeace, junto a Oceana y Earthjustice denunciaron en los tribunales el ataque a las medidas puestas en marcha por la Secretaría de Pesca. A finales de enero de 2012, el tribunal fallaba a nuestro favor. Por supuesto, todavía hay un largo camino por recorrer, o por navegar. Las medidas puestas en marcha para evitar la extinción de leones marinos todavía no son suficientes para asegurar su conservación pero es una gran victoria que la justicia reafirme estos pequeños santuarios de protección para los leones marinos.

Pero en el lado negativo, poco o nada se ha avanzado para establecer una red de áreas marinas protegidas que recoja una representatividad diversa de ecosistemas y con coherencia ecológica. Para el Atlántico norte, el 77% de los espacios ya protegidos se encuentran dentro de las aguas territoriales de los países ribereños. Sin embargo, en alta mar muy poco se ha protegido y es precisamente en esas aguas donde la industria petrolera, farmacéutica o los grandes buques pesqueros buscan sus preciados tesoros. Esta semana y como ejemplo de la pasividad de los países, se está celebrando la 17th reunión del Convenio de Barcelona que busca la protección del Mediterráneo. Y después de 20 años, sólo hemos protegido un 3% del Mare Nostrum.

Merece de nuevo la pena volver a escuchar el discurso de la niña de 12 años que hace 20 años concluía su discurso con un desafío a los gobernantes: “por favor, hagan que sus acciones reflejen sus palabras”.

 

Pilar Marcos (@PilarMarcos), responsable de la campaña de Costas de Greenpeace