¿Te imaginas descubrir más de 100 puntos de vertido y mareas negras en menos de siete días? Pues está pasando. Y lo está evidenciando un grupo internacional de expertos y de voluntarios de Greenpeace que, junto con el Comité para Salvar el mar de Pechora, en la República de Komi, al norte de Rusia, han estado trabajando muy duro para limpiar el chapapote y mapear los numerosos vertidos en esta región.
Cada 18 meses, la misma cantidad de petróleo que derramó la plataforma petrolífera DeepWater Horizon de BP en el golfo de México en 2010, entra en el océano Ártico a través de los ríos rusos.
En una semana de campo de trabajo, Greenpeace ha descubierto 125 derrames de petróleo sin “reclamar” en la Región de Usinsk. Los voluntarios han recogido más de 50 toneladas de petróleo y fangos. Muchos de estos vertidos son recientes pero otros se remontan a hace más de una década. La dimensión de los derrames varían desde unas pocas decenas de metros a miles de metros cuadrados. Tras estos resultados, Greenpeace enviará las correspondientes quejas y demandas a los representantes gubernamentales rusos para que las empresas responsables asuman las consecuencias de los accidentes y fugas. Los derrames en esta hermosa región son tan omnipresentes que parece que las petroleras están más interesadas en la destrucción de la zona que en obtener una ganancia.
Lo peor es que las compañías petrolíferas, en vez de limpiar los vertidos, como requiera la legislación, como mucho cubren los vertidos con arena y queda un revoltijo de aceites en el suelo. El resultado, miles de hectáreas de tierras, ríos y aguas subterráneas contaminadas. Los responsables de los más de 10.000 vertidos que ocurren en Rusia al año son, entre otros: Rosneft (más de 6.800 vertidos al año de acuerdo con las estadísticas oficiales), Lukoil (3.700 vertidos) y Gazprom Neft (870 vertidos).
Y estas empresas, son las que buscan con codicia las aguas más al norte, las aguas del Ártico como su futura presa. No están preparados para destruir el patrimonio de todos, hay que ponerse en pié y decir ¡basta! Ayúdanos a pararlos.
¿Qué puedes hacer tú?
- Únete a la campaña para salvar el Ártico. Firma para pedir su protección.