Documento - diciembre 20, 2002
Prestige: Crónica de una marea negra hace un recorrido por la cronología de la catástrofe, desvelando los errores cometidos en la gestión del accidente, y en el que se profundiza sobre las consecuencias de la marea negra en los ecosistemas marinos y los espacios protegidos, y sobre los impactos del fuel oil en el medio ambiente y la salud. Además se analiza la responsabilidad de las petroleras, la seguridad marítima y las consecuencias que tiene nuestro actual sistema energético basado en combustibles fósiles. Para evitar que catástrofes de este tipo se vuelvan a repetir Greenpeace presenta varias propuestas.
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Executive summary: Ahora nos encontramos con las consecuencias de la marea negra causada por el Prestige, consecuencias que permanecerán en las costas gallegas, asturianas, cántabras y vascas durante mucho tiempo. El impacto de la marea negra sobre los ecosistemas costeros y marinos se dejará sentir durante décadas. El hundimiento del Prestige se produjo en las cercanías del denominado Banco de Galicia, zona de gran biodiversidad. A 200 kilómetros de la costa gallega, es una gran montaña marina, de unos 5.000 metros de profundidad. Las especies que lo habitan contribuyen a mantener una riqueza marina excepcional. Entre las especies presentes en la zona del hundimiento cabe destacar 90 tipos diferentes de peces, 11 de tiburones y numerosas especies de esponjas, estrellas y corales. La falta de luz provocada por la película de fuel oil reduce el aporte de oxígeno al ecosistema marino. Además, estas manchas contaminan o matan al plancton, formado por multitud de pequeños organismos que viven cerca de la superficie y que constituyen la base de toda la cadena alimentaria. En una primera estimación se verán afectadas 20.000 aves de una treintena diferente de especies. La contaminación afectará además a una gran parte de los criaderos de fitoplancton, algas, pescado y marisco de la costa atlántica. La práctica totalidad de los caladeros gallegos se han visto afectados y en la misma situación se encuentran los mariscadores. Es difícil predecir el porcentaje exacto, la costa de la Bretaña francesa todavía no se ha recuperado de la marea negra del Erika hace ya tres años. Entonces fueron 10.000 las toneladas de crudo vertidas. En Galicia la regeneración nunca será completa. Aún cuando aparentemente el litoral se recupere aparecerán especies diferentes de las originales, como consecuencia del efecto nocivo del fuel oil vertido. Galicia cuenta con aproximadamente 150 humedales marinos y costeros repartidos por su litoral. La mayoría de ellos en la provincia de A Coruña e, igualmente, la mayoría de ellos ha sucumbido bajo la marea negra del Prestige (Laguna de Baldaio, Islas Sisargas, Laguna y Arenal de Traba, Complejo Húmedo de Corrubedo o Parque Nacional de las Islas Atlánticas) Cada año miles de barcos circulan por nuestras aguas. Muchos de ellos no cumplen las normas de seguridad internacionales y pasan a engrosar las listas negras de las organizaciones internacionales. Pero, ¿de qué sirve formar parte de estas listas si siguen entrando y saliendo de los puertos españoles? Los puertos españoles reciben de continuo este tipo de barcos, Tarragona en primer lugar, seguido de Las Palmas y Huelva. Unos 3.5 millones de toneladas de petróleo y sus derivados acaban en el mar cada año. En general, se estima que cada tonelada de petróleo se extiende sobre una superficie oceánica de 12 km2. Greenpeace ha presentado sus soluciones para que no vuelva a repetirse jamás una marea negra, entre ellas destacan: 1. Responsabilidad ilimitada a lo largo de toda la cadena, incluyendo los dueños de la carga (compañías petroleras), armadores, administradores y operarios de los barcos de transporte. De esta forma se asegurará una compensación completa a las víctimas de los accidentes en el mar. 2. Prohibición del transporte de mercancías peligrosas, incluido el petróleo y todos sus derivados, en buques monocasco. 3. Exclusión de las Áreas Marinas Especialmente Sensibles de las rutas de navegación de los petroleros.
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