Greenpeace valora positivamente para el clima la propuesta del Parlamento Europeo de aumentar la cuota de energías renovables al menos el 35% para 2030 en la Unión Europea (UE), así como fijar objetivos vinculantes para cada Estado miembro e ilegalizar medidas como el impuesto al sol. El proyecto de dictamen del Parlamento Europeo sobre la revisión de la Directiva Europea de energías renovables, que será publicado hoy por su ponente, el exministro José Blanco, podría allanar el camino hacia una acción climática significativa en la UE.
La organización ecologista ha recibido con especial satisfacción la mencionada propuesta de eliminación de los impuestos y cargas que dificultan que las personas puedan producir y consumir su propia electricidad, como el controvertido “impuesto al Sol” que el Gobierno español estableció en 2015. Greenpeace ha demostrado que con el apoyo adecuado, uno de cada tres ciudadanos españoles podrían producir su propia electricidad en 2050, lo que cubriría hasta la mitad de la demanda de electricidad del territorio nacional peninsular.
El objetivo del 35% de renovables propuesto por Blanco supera al de la Comisión Europea, de tan solo el 27%, pero queda por debajo del objetivo del 45% propuesto en el marco de gobernanza de la Unión Energética liderado por los eurodiputados Claude Turmes y Michele Rivasi por lo que Greenpeace anima a aumentar la ambición en renovables en las negociaciones en el Parlamento europeo que seguirán.
“Es muy positivo que Parlamento europeo vuelva a abrir el debate sobre la insuficiencia de los objetivos de clima y energía para 2030 que había planteado la Comisión Europea y sobre la necesidad de exigir que cada país haga su parte para luchar contra el cambio climático con objetivos nacionales vinculantes. Pero también puede y debe dar prioridad al acceso a las energías renovables y dar a la ciudadanía el control real sobre sus facturas eléctricas. Las energías renovables se encuentran entre las más baratas de Europa, y la propiedad descentralizada de la generación renovable permite a las comunidades desconectarse de un pasado contaminante de carbón y nucleares, al tiempo que maximiza los beneficios de producir y consumir energía localmente”, ha declarado Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace.
Greenpeace valora negativamente que la propuesta de modificación del texto de la revisión de la Directiva de Renovables propuesta por Blanco aumente el papel de las subastas en la asignación de los incentivos a las energías renovables. Esto obligaría a las cooperativas de energía a competir en condiciones de desventaja con grandes empresas eléctricas para obtener incentivos gubernamentales.
La propuesta del Parlamento a la revisión de la Directiva relativa a las Energías Renovables se presentará al Comité de Industria y Energía del mismo el 21 de junio. Los eurodiputados de la comisión debatirán las propuestas el 4 de septiembre y presentarán su posición al plenario, tras una votación del Comité prevista para los días 11 y 12 de octubre. Es probable que el pleno vote alrededor del final del año.
Además, Greenpeace ha asistido hoy a las jornadas que ha organizado el Parlamento Europeo en su oficina de Madrid para presentar precisamente estas medidas con la presencia del Gobierno español y de la Comisión Europea. En las jornadas han intervenido, entre otros, los eurodiputados José Blanco y Claude Turmes para presentar sus informes sobre la Directiva de Renovables y Gobernanza que recoge las propuestas sobre cómo implementar el Acuerdo de París en Europa. Junto a ellos se ha sentado el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, para hablar de la situación de España. Este último, a pesar de afirmar que no niega el cambio climático, ha defendido el carbón como parte del mix energético al no considerar que sea incompatible quemar el combustible fósil más contaminante con la lucha frente al cambio climático.
Según la organización ecologista, el Gobierno español se ha quedado atrapado en el pasado al apoyar el carbón, el principal emisor de CO2, para un sistema eléctrico aquejado de una elevada sobrecapacidad, y a pesar del potencial en Energías Renovables que tiene España.
Greenpeace pide al Gobierno español que aproveche la Ley de Cambio climático y Transición Energética que él mismo está promoviendo, para definir un plan de cierre de las centrales térmicas de carbón para antes de 2025 y para incluir unos objetivos climáticos y energéticos más ambiciosos que estén más alineados con el Acuerdo de París tal y como recomienda el Parlamento Europeo.