Tras la publicación de la Encíclica del Papa Francisco "Laudato Si" sobre medio ambiente este jueves, el director de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, ha declarado:
“Greenpeace acoge con satisfacción la valiosa intervención del Papa Francisco en la lucha común de la humanidad para evitar un cambio climático catastrófico. Esta primera Encíclica sobre el medio ambiente pone al mundo un paso más cerca de ese punto de inflexión en el que abandonamos los combustibles fósiles y abrazamos totalmente la energía limpia y renovable para todos, a mediados de siglo. Todo el mundo, ya sea religioso o laico, puede y debe responder a este claro llamamiento para la acción urgente”.
Como dice la Encíclica, el medio ambiente es un bien común, patrimonio de la humanidad y es responsabilidad de todos. Greenpeace comparte esa opinión y por eso se moviliza, con el apoyo de millones de personas, para frenar el cambio climático y detener políticas como las de las prospecciones que el Ministerio de Industria está promoviendo en aguas españolas o como las que Shell quiere llevar a cabo en el Ártico.
La frase del texto del Papa que declara ‘la tecnología basada en combustibles fósiles, altamente contaminantes (especialmente el carbón, pero también el petróleo y en menor medida, el gas ), debe ser reemplazada gradualmente y sin demora’ es una llamada clara a los inversores responsables, directores ejecutivos y líderes políticos para acelerar el ritmo del cambio hacia una energía limpia.
La crítica sobre ‘aquellos que tienen la mayor parte de los recursos y el poder económico o político [, que] parecen principalmente preocupados por enmascarar los problemas u ocultar los síntomas (...) del cambio climático" es un reproche a los negacionistas y a los intereses que tratan de impedir el progreso que Greenpeace valora.
Leyes estrictas de cara a la cumbre del clima en París
La organización ecologista considera que las palabras del Papa deben sacar a los jefes de gobierno de su complacencia, con políticas donde prevalecen demasiados intereses particulares sobre el bien común, y animarles a aprobar leyes estrictas en sus propios países para proteger el clima y acordar un potente protocolo climático en París a finales de este año.
"Es significativo que la primera Encíclica escrita por el Papa Francisco aborde el problema del cambio climático. Esperamos que su mensaje, al igual que el de otros líderes de opinión, ayude a impulsar el compromiso de los políticos españoles y el movimiento de la ciudadanía, que ya está demandando el fin de las energías sucias en favor de las renovables", ha afirmado Mario Rodríguez, director de Greenpeace España.
"Por ello, invitamos al Gobierno de España a que se sume a los líderes mundiales y visionarios como el Papa, que están dando un paso al frente para frenar la amenaza del cambio climático y que dé un giro de 180º para asumir políticas nacionales que lleven al abandono de las energías sucias y favorezcan las energías limpias y la conservación del medio ambiente", ha añadido.
Bosques, océanos y renovables
Por otra parte, Greenpeace estima que la Encíclica señala acertadamente que la deforestación es una causa importante del aumento de las emisiones de CO2 y de la pérdida de biodiversidad. Respaldamos la llamada del Papa Francisco a los líderes mundiales para proteger los bosques y los océanos, así como su petición de escuchar las demandas de la gente y los científicos de todo el mundo.
Greenpeace espera que el Banco del Vaticano se una al movimiento mundial creciente de abandonar las inversiones en el carbón, petróleo, gas y la peligrosa energía nuclear, y apoyar las energías renovables, de acuerdo con las palabras del Papa. Asimismo, Greenpeace espera un gran apoyo de la Iglesia Católica a esta revolución energética a nivel local en todo el mundo.
"Por encima de todo, el Papa Francisco nos recuerda a todos, desde los individuos a los líderes mundiales, el imperativo moral para hacer frente a la injusticia social y al cambio climático. Son los pobres los que están más afectados por los peores impactos del cambio climático, a pesar de ser los que menos han contribuido a la causa del problema", ha concluido Naidoo.
Greenpeace es una organización independiente que no acepta dinero de gobiernos ni empresas para poder denunciar a todas aquellas personas o instituciones que amenazan al planeta. Solo el apoyo desinteresado de nuestros socios y socias hace posible nuestro trabajo.