Comunicado de prensa - abril 18, 2015
Greenpeace ha sobrevolado la zona del hundimiento del pesquero Oleg Naydenov para conocer de primera mano si los datos aportados por el Ministerio de Fomento son correctos y si se están llevando a cabo las medidas necesarias para evitar que el fuel dañe más los valiosos ecosistemas de la zona.
- La organización ha comprobado la gran extensión de la mancha, de por lo menos 70 kilómetros, y que sigue saliendo fuel.
- A pesar de que desde Fomento se asegura que hay cuatro dispositivos de control de la contaminación marina, en los 70 km de vuelo Greenpeace solo ha encontrado uno.
- Las imágenes obtenidas serán las últimas que podrán tenerse, puesto que se ha decretado la exclusión aérea total en la zona de la mancha.
- Preocupación porque el vertido pudiera llegar a Cabo Verde, cuya población depende de la costa para subsistir y es lugar de nidificación de la amenazada tortuga boba.
La organización ha comprobado la gran extensión de la mancha, de por lo menos 70 kilometros. Durante todo su vuelo, solo ha constatado la presencia de un barco de control y ninguno en el punto del hundimiento donde continúa saliendo hidrocarburos, a pesar de que Fomento ha asegurado que hay cuatro dispositivos (tres barcos y un avión). La ONG ha sobrevolado 70 km de mancha desde el punto del hundimiento y luego ha sido obligada a volver, justo antes de que se decretara la exclusión aérea total. Greenpeace no ha podido acceder al área donde se está trabajando y donde está el avión. Por ello, la organización ecologista pide que se le permita acceder a la zona de limpieza y embarcar en el buque Miguel de Cervantes para garantizar la transparencia sobre el proceso y poder completar la comprobación in situ de la acción.
“Hemos comprobado que, efectivamente, sigue saliendo fuel. El tiempo va en nuestra contra, es urgente implementar un plan de limpieza que incluya la retirada del fuel que aún queda en los tanques del barco”, ha declarado desde la zona del hundimiento Juande Fernández, portavoz de Greenpeace.
Tras varios días de vertido y con una orientación suroeste, la organización ecologista ve con preocupación que el vertido pudiera llegar a las costas de Cabo Verde, un archipiélago donde la población depende de sus costas enormemente y donde además nidifica una de las poblaciones más amenazadas de tortugas marinas, la de la tortuga boba.
Por otra parte, según la información de que dispone Greenpeace, solo un pequeño porcentaje de la mancha es de fuel, lo que podría indicar que aún queda la mayor fracción de las 1.400 toneladas de combustible por llegar a la superficie. La información que aporte el robot submarino será relevante para conocer si el fuel aún permanece en los tanques y se está liberando al medio marino o si parte se consumió durante el incendio. Por ello es imprescindible que baje cuanto antes, ya que sin estos datos no se puede tener una imagen real de lo que realmente está ocurriendo.
La organización ecologista considera fundamental que, además de la información oficial aportada ayer tras la reunión en Fomento, existan imágenes y análisis de la situacion independientes, y comprobar así si coinciden o no con la versión de Fomento. Por ello, demanda que toda la información sea pública.
Asimismo, Greenpeace considera que la decisión de sacar el Oleg de puerto ha sido la peor solución posible, como se está comprobando, y parece que lo que se pretendía era quitarse el problema de encima situando el barco en un punto donde un más que previsible vertido no afectará a territorio español.
“Este accidente pone de manifiesto la incapacidad de nuestro país para hacer frente a un vertido contaminante en las costas o mares. Hay que recordar que el Gobierno ha hecho todo lo posible para que Repsol buscara petróleo en estas mismas aguas el pasado mes de diciembre. De haberse producido algún incidente las consecuencias habrían sido catastróficas vistos los medios y decisiones que se han tomado con el hundimiento del Oleg”, ha declarado Julio Barea, portavoz de Greenpeace.