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Activistas de Greenpeace instalan un campamento en la sede del principal partido de izquierda alemán para pedir que abandone el carbón

También han colgado una pancarta gigante en la fachada del edificio de "Die Linke" en protesta por su contradictoria política energética

Comunicado de prensa - mayo 26, 2014
Desde esta mañana, varias docenas de activistas de Greenpeace han instalado un campamento en la sede berlinesa del partido del principal partido de izquierda alemán (Die Linke) en protesta por las contradicciones internas del partido en temas de carbón. Los activistas han desplegado una gran pancarta en la fachada de su sede central donde se lee: "100% inverosímil, abandonemos el carbón!". En su programa electoral, Die Linke defiende la eliminación gradual de carbón y hablan en contra de las minas de lignito a cielo abierto, pero en el Bundesland de Brandenburgo el partido trabaja para que se conceda la licencia de funcionamiento a la gigantesca mina a cielo abierto Welzow-Süd II.

100% renovablesEl Gobierno autonómico de Brandenburgo votará a principios de junio la propuesta de la ampliación de la mina de carbón. "La dirección del partido debe resolver las posiciones contradictorias que tiene dentro de su partido", ha declarado Karsten Smid, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace Alemania. Los activistas se preparan para una estancia prolongada.

Las centrales térmicas que usan carbón como combustible son las mayores fuentes de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, el principal causante del cambio climático. Las tres centrales térmicas de lignito de la región alemana de Lausitz, que pertenecen a la compañía eléctrica estatal sueca Vattenfall, producen más de 50 millones de toneladas de CO2 al año, casi tanto como toda Suecia. Si Die Linke, como miembro de la coalición que gobierna en el Bundesland de Brandemburgo, es decisivo para apoyar al Partido Socialdemócrata (SPD) a que se apruebe la propuesta de la mina a cielo abierto Welzow-Süd II, lo que permitirá que determinadas regiones alemanas sigan con el sucio negocio del carbón en las próximas décadas.

Además, alrededor de 800 personas tendrán que ser reubicadas, la mayoría de ellas en contra de su voluntad. "Lo que está en juego en la región de Lausitz es mucho más que otra mina de carbón a cielo abierto, se trata de derechos humanos y de la protección del clima global", ha dicho Tatiana Nuño, responsable de la Campaña de Cambio Climático en Greenpeace España.

Las ganancias se privatizan y las pérdidas se socializan

El plan estratégico de Vattenfall es centrarse en el desarrollo de las energías renovables al tiempo que reduce significativamente las emisiones de CO2. Ambos objetivos solo  pueden lograrse si las operaciones de lignito en Alemania se eliminan completa o parcialmente. Un estudio recientemente encargado por Greenpeace ha demostrado que los enormes costes millonarios de las operaciones de la minería a cielo abierto de lignito no están completamente cubiertos por Vattenfall. Estos enormes costes acaban siendo transmitidos a la sociedad. Según Karsten Smid, "El responsable de Economía de Brandemburgo, Ralf Christoffers (miembro de Die Linke) está haciendo exactamente lo que su partido siempre ha criticado: privatizar las ganancias y socializar las pérdidas. Die Linke no debe tolerar estas contradicciones en las políticas del lignito".

"Greenpeace pide a Die Linke que presente un plan para el abandono del carbón que sea socialmente aceptable y seguro para el clima. Solo se crearán puestos de trabajo seguros si nos despedimos de la era del carbón e invertimos en tecnologías basadas en energías renovables para el futuro", ha concluido Nuño.

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