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Greenpeace denuncia que el Gobierno deja a los ciudadanos en manos de los intereses económicos de las grandes compañías eléctricas

Hoy se aprueba en el Congreso, con el apoyo del Gobierno, la Ley del sector eléctrico que agravará los problemas energéticos de España a partir de 2014

Comunicado de prensa - diciembre 19, 2013
Greenpeace anima a la ciudadanía a rechazar esta Ley a la vez que ahorra todos los meses en su recibo de la luz, sumándose a la incitativa "Bájate la potencia"



Con motivo de la aprobación hoy en el Congreso de los Diputados de la Ley del sector eléctrico, Greenpeace denuncia el retroceso que supone para la política energética. La organización ecologista considera que la Ley desmantela el sistema de apoyo a las energías renovables, lo que  perpetúa un modelo basado en el uso de fuentes contaminantes e incrementa la dependencia energética exterior durante las próximas décadas. Tanto es así, que el próximo mes de enero, al contrario de lo prometido por el ministro José Manuel Soria, el recibo de la luz volverá a subir sustancialmente.

Greenpeace anima a la ciudadanía a rechazar esta Ley a la vez que ahorra todos los meses en su recibo de la luz, sumándose a la incitativa "Bájate la potencia".

Greenpeace incide también en que toda la tramitación de la Ley y de los textos normativos que la acompañan se ha realizado a espaldas de la sociedad y de las partes interesadas. El Ministerio de Industria, Energía y Turismo, responsable de su elaboración y tramitación, ha reducido los plazos para evitar cualquier posibilidad de participación y discusión por parte de la sociedad civil. Sin embargo, sí ha mantenido un diálogo continuo con las grandes empresas eléctricas que son las únicas beneficiadas por la reforma del sector y que deja a los consumidores en manos de los intereses económicos de las mismas.

Para Greenpeace, los puntos más controvertidos de la Ley son:

  • La supresión del sistema de apoyo a las energías renovables con carácter retroactivo.
  • El mantenimiento del funcionamiento del mercado eléctrico dominado por las mismas grandes eléctricas, cuyo poder de mercado les permite determinar el precio de la energía eléctrica que pagamos y ocultar así los costes reales de la energía.
  • El mantenimiento de los pagos por capacidad de las centrales de ciclo combinado, a pesar de que no son necesarias debido al descenso de la demanda y a la penetración de renovables en el sistema.
  • La falta de medidas para el cierre definitivo de centrales nucleares, de carbón o de gas que resultan innecesarias por la sobrecapacidad del sistema.
  • La creación de un registro para el autoconsumo, que es una nueva forma de control para poder aplicar el nuevo "peaje de respaldo" que penaliza a quienes lo realicen.

"La falta de transparencia en toda la tramitación de la Ley es una barrera antidemocrática que hará que la norma nazca con una mínima legitimidad necesaria", ha declarado Julio Barea responsable de Energía de Greenpeace. "Esta reforma responde a la hoja de ruta de las grandes compañías eléctricas, encabezadas por Iberdrola, que quieren acabar con la competencia que les hacían las renovables y evitar que los consumidores se emancipen gracias al autoconsumo, y mientras siguen cobrando por sus centrales de ciclo combinados paradas".

Greenpeace recuerda que la entrada masiva de energías renovables en el sistema ha bajado los precios de la electricidad en los primeros meses de 2013, un efecto positivo que no ha repercutido directamente en el consumidor. La reforma energética, que se aprueba hoy, acaba definitivamente con el sistema de apoyo a estas energías limpias que colocaron a España como líder mundial en el sector y que cada vez más países han copiado o adaptado.

La entrada en vigor de la Ley en 2014 impedirá a España cumplir los nuevos objetivos europeos para 2030 y la hoja de ruta europea hacia la descarbonización y la dominancia de las renovables en el horizonte 2050. Según Greenpeace, la Unión Europea debe adoptar como objetivo 2030 que el 45% de la energía deberá proceder de fuentes renovables, para encaminarse hacia un sistema 100% renovable antes de 2050.

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