Comunicado de prensa - agosto 26, 2013
El barco de Greenpeace Arctic Sunrise ha decidido finalmente abandonar las aguas rusas del mar de Kara y la ruta del Norte tras la amenaza de uso de la fuerza por parte de la Guardia Costera rusa. En concreto, las autoridades rusas han amenazado con abrir “fuego” si el rompehielos de la organización permanecía en ese área.
lunes, 26 de agosto de 2013
Russian Authorities Board the Arctic Sunrise © Will Rose / Greenpeace
Después de
abordar el Arctic Sunrise a primera hora de la mañana, la Guardia Costera ha reiterado que el barco de Greenpeace estaba entrando ilegalmente la Ruta Marítima del Norte (conocida por sus siglas en inglés NSR), una afirmación con la que la organización ecologista no está de acuerdo. La Guardia Costera
ha advertido que usaría la fuerza si es necesario, incluso abriendo fuego, si el Arctic Sunrise no se iba.
Greenpeace ha accedido a estas aguas para protestar pacíficamente contra la explotación petrolífera en el Ártico ruso liderada por las petrolera rusa Rosneft y la norteamericana ExxonMobil. El rompehielos va alejarse ahora de la NSR, tras hacer un llamamiento al Gobierno de Holanda para que considere presentar una reclamación legal contra Rusia por la violación del derecho internacional marítimo y la violación de la libertad de expresión en Rusia.
lunes, 26 de agosto de 2013
Russian Authorities Board the Arctic Sunrise © Will Rose / Greenpeace
“Somos un barco pacifista y no hemos hecho nada para justificar la amenaza de uso de la fuerza contra nosotros. Ahora estamos saliendo de la zona para evitar cualquier riesgo para la tripulación, pero no vamos a parar hasta que la exploración petrolífera en alta mar del Ártico sea prohibida y seguiremos divulgando las actividades secretas de las compañías petrolíferas en Rusia. No nos intimida que nos quieran callar”, ha declarado Christy Ferguson, responsable de campaña a bordo del Arctic Sunrise.
“Una se pregunta si los ejecutivos de ExxonMobil o Rosneft aprueban esta respuesta de usar la fuerza, que seguramente va a dañar, una vez más, la imagen pública de sus campañas de explotación petrolífera en el Ártico”, ha concluido Ferguson.