Ambas organizaciones hacen una petición urgente a la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, en sus siglas en inglés), donde instan -a través de una carta a los miembros de ICCAT- a tomar medidas decisivas de control en las jaulas de engorde del Mediterráneo para evitar que las capturas ilegales de atún rojo entren en los mercados internacionales o doméstico.
Este llamamiento de las ONG viene precedido por la última intervención de Libia permitiendo la pesca en sus aguas a pesar de no tener acordado el plan de pesca obligatorio para esta temporada. Esto, de acuerdo a las normas de ICCAT, supone que cualquier actividad de pesca sería ilegal este año en aguas de Libia. El actual conflicto, con sus dramáticas consecuencias en este país, impide una gestión y un control efectivo de la pesca en estas aguas. Esto socavará con fatales consecuencias el plan de recuperación acordado a nivel internacional para esta especie, seriamente sobreexplotada.
"A menos que las Partes Contratantes de ICCAT adopten medidas más duras y urgentes que no debiliten los planes de gestión, al atún rojo le quedará unos pocos años de vida en el Mediterráneo", ha declarado Sebastián Losada, Asesor de Política Internacional de Oceános de Greenpeace. "Si queremos atún rojo mañana, ICCAT debe controlar la pesca y esto es imposible en la actualidad en aguas de Libia. Esto significa que los países miembros de la ICCAT deben ponerse de acuerdo para suspender la pesca industrial y así proteger sus propios planes para recuperar la especie. "
Existen informes que indican que varios buques libios, no autorizados legalmente a pescar atún rojo, ya han partido de Malta con destino a las las aguas de Libia. Greenpeace y WWF creen firmemente que los Estados miembros de ICCAT deberían haber impedido su salida. Además, ambas organizaciones han recordado al Gobierno francés sus responsabilidades nacionales, ya que de los buques de cerco de bandera Libia diez son propiedad de ciudadanos franceses. Asimismo, buques ilegales libios están también listos para zarpar a la zona de pesca de Libia desde puertos europeos en Francia (Sète) y Malta.
“Tiempos difíciles requieren medidas difíciles”, comentó Sergi Tudela, responsable de Pesca de WWF en el Mediterráneo. “Los frágiles logros de los últimos años se ven ahora amenazados por la actitud de una minoría. Los responsables de ICCAT deben unir sus fuerzas para tomar las medidas necesarias que salven a esta especie y a su pesquería.”
"Sería mucho más escandaloso que en la difícil situación actual de Libia, los intereses franceses se beneficiasen del acceso a los recursos pesqueros en sus aguas", añade Sebastián Losada, de Greenpeace. "La comunidad internacional es responsable, ahora más que nunca, de la conservación de los recursos para las generaciones futuras."
WWF y Greenpeace lamentan que las autoridades maltesas, de acuerdo a la nueva información, hayan permitido abandonar a varios buques de cerco libios el puerto de La Valeta, en Malta. Los buques, que deberían haber sido retenidos en el puerto, no están legalmente autorizados a pescar atún rojo, por lo que su pesca será ilegal.