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La central de Cofrentes ha sufrido más de cien sucesos de seguridad en la última década

Los trabajadores de Cofrentes reciben el doble de dosis de radiactividad que los de las demás centrales nucleares

Comunicado de prensa - marzo 11, 2011
Greenpeace y la Plataforma Tanquem Cofrents han presentado hoy en Valencia el informe Razones para cerrar la central nuclear de Cofrentes en el que realizan un análisis pormenorizado de los problemas de seguridad y medio ambientales de esta central nuclear.

El informe constata que, según datos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), desde el año 2001 hasta el 10 de marzo de 2011, la central nuclear de Cofrentes ha sufrido 102 sucesos de seguridad notificados por el CSN, de los cuales dos han sido de Nivel 1 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES). La central ha sufrido además 25 paradas no programadas.

Ante los múltiples problemas de seguridad de esta central y por constituir un obstáculo para el desarrollo a gran escala de las energías renovables, la Plataforma Tanquem Cofrents y Greenpeace piden al Gobierno que no renueve el permiso de explotación de la central nuclear de Cofrentes, que vence el próximo día 20 de marzo.
 
Razones para cerrar la central nuclear de Cofrentes ha sido elaborado a partir de documentos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Red Eléctrica Española (REE) y del Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IIT) de la Universidad Pontifica Comillas. En él también se revela que la central ha tenido que declarar desde 2007 seis prealertas de emergencia por motivos técnicos, cinco de ellas en los últimos tres años causadas por el fallo reiterado de las válvulas de alivio y de seguridad del circuito primario, por donde circula a presión agua altamente radiactiva, un problema aún sin resolver.

Las organizaciones consideran especialmente grave que los trabajadores de la central nuclear de Cofrentes reciben dosis radiactivas anormalmente altas en los procesos de recarga del combustible nuclear. En el caso del personal de contrata es entre un 136% y un 212% superior a las de las demás centrales, y en los trabajadores de plantilla y de contrata suponen entre un 143% y un 218% superior. Esta anómala situación ha sido expuesta en los informes del CSN ante el Congreso de los Diputados y el Senado.

Estas dosis colectivas llegan a ser en Cofrentes de 2.500 miliSievert- persona, el triple de las que se suelen producir en otras centrales nucleares. Esta es una dosis anormalmente elevada incluso en centrales de agua en ebullición (BWR), como es Cofrentes, donde las dosis de los trabajadores suelen ser más altas que en otro tipo de reactores.

Producción eléctrica
En cuanto a su producción eléctrica, su mejor dato es el de 2010 (un año sin la obligada parada de recarga) con una producción de 9.549 Gigavatios-hora (Gwh). Teniendo en cuenta el total nacional de generación neta de electricidad, que fue de 288.180 GWh, la contribución de la central nuclear de Cofrentes a la producción final de electricidad en 2010 se situó en el 3,3%. En comparación, las renovables supusieron ese mismo año el 35% del total de electricidad.

En 2010 el sistema eléctrico español fue netamente exportador de electricidad, también a Francia. La exportación neta alcanzó los 8.490 Gwh, lo que equivale a un 3,11% de la generación neta de electricidad. Por lo tanto, se puede afirmar que en 2010 el sistema eléctrico español exportó prácticamente tanta electricidad como la que produjo Cofrentes. En otras palabras, la producción de la central nuclear de Cofrentes está prácticamente compensada por las exportaciones de electricidad del sistema eléctrico español.


Funcionamiento inestable
Greenpeace y la plataforma Tanquem Cofrents recuerdan que la central  también ha tenido en estos años un funcionamiento poco estable, como reflejan las numerosas bajadas de potencia imprevistas y el cúmulo de paradas no programadas, lo que demuestra un mal funcionamiento de diversos componentes y equipos, relacionado con el agotamiento de su vida útil. Así, por ejemplo, desde el 1 de enero de 2010 hasta el 7 de marzo de 2011, han tenido lugar 15 bajadas de potencia, nueve de ellas del orden del 50% de la potencia o superior.

En sus ahora 27 años de vida, la central ha padecido una larga serie de fallos y problemas de seguridad sin resolver. Además de las deficiencias ya mencionadas hay que destacar:

  • el problema de corrosión que obligó a sustituir en 2007 todo el sistema de accionamiento de las barras de control de la vasija del reactor;
  • la pésima cultura de seguridad (denunciada por organismos internacionales como la Asociación Mundial de Operadores Nucleares, WANO);
  • el desafío a los márgenes de seguridad en los sistemas de refrigeración de emergencia;
  • las insuficiencias relacionadas con los sistemas de lucha contra incendios y el acceso a la Sala de Control;
  • la tardanza en los análisis de sucesos o incidentes. En 2009 se produjo la caída de un subelemento de combustible nuclear (lo que ha supuesto la apertura de un expediente sancionador por parte del CSN), y en 2006 se encontró material radiactivo fuera del edificio de contención.


Estos serios problemas de seguridad evidencian, por un lado, el envejecimiento y el agotamiento de la vida útil de la central nuclear de Cofrentes y, por otro, la pérdida de cultura de seguridad. En suma, demuestran que existe un riesgo cada vez más alto de que se produzca un accidente nuclear en esta central.

Además, como es inherente a todas las centrales nucleares, Cofrentes causa un serio impacto medioambiental y en la salud pública; a través del vertido rutinario de efluentes gaseosos y líquidos contamina con radiactividad el aire y el agua del río Júcar.

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