Un informe encargado por
Greenpeace el pasado mes de febrero a entidades homologadas por el Ministerio de Medio Ambiente para la recogida y análisis de muestras termométricas concluyó que la
actividad de refrigeración de la central producía una notable contaminación térmica en el río Ebro que se transmite incluso aguas arriba de la propia central. Como comprobación de los resultados del mes de febrero y aprovechando el prolongado periodo de inactividad de la central de Garoña, por estar en la parada para la recarga de su combustible nuclear del 1 al 28 de mayo, la organización ecologista ha encargado
un nuevo estudio de la temperatura de las aguas del río Ebro en el tramo afectado por esta instalación atómica. Este nuevo estudio ha demostrado que en ausencia de actividad de la central nuclear no se produce contaminación térmica de las aguas del embalse del Sobrón en el río Ebro ni hay reflujo de esta contaminación aguas arriba de la propia central nuclear. También expone que la distribución de la temperatura en las aguas del embalse del Sobrón es homogénea.
La causa de esta contaminación térmica reside en los problemas de refrigeración del reactor de esta instalación atómica, en cuyo proceso se provoca un enorme sobrecalentamiento de las aguas del río Ebro que vulnera de forma flagrante las condiciones de la autorización de vertido de aguas de refrigeración de la central nuclear de Garoña.
La autorización de vertido de aguas otorgada a Nuclenor (titular de la central nuclear de Santa María de Garoña) por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), organismo de cuenca dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, el pasado 18 de octubre de 2007 especifica que “En el río [Ebro] el máximo incremento admisible para la temperatura tras la zona de dispersión térmica, respecto a la temperatura aguas arriba, será en cualquier caso de 3ºC”.
De acuerdo al informe de febrero de 2011: “La temperatura del río Ebro el día del muestreo era de 6,5º C y en ausencia de la actividad de la central lo esperable habría sido encontrar a lo largo del río temperaturas de ese orden, y desde luego inferiores a los 10º C”. Sin embargo, la temperatura de las aguas del embalse del Sobrón, tras la zona de dispersión térmica, era de entre 17 ºC y 21 ºC.
Este notable incremento de la temperatura, supera con creces los 3ºC permitidos por la autorización de vertido. Asimismo el informe de febrero señala que entre la estación de muestreo en el río Ebro a 10 kms. de la localidad de Frías, aguas arriba de la central, y la del embalse de Sobrón (separadas por 6,8 Km.), se registró un incremento de temperatura de 15,7 ºC, lo que supone un incremento medio de 2,3 ºC por kilómetro.
El embalse de Sobrón también registraba temperaturas superiores en unos 10 ºC a las esperables.El nuevo informe del mes de mayo indica por su parte que: “A partir de la estación E-1 [Frías, aguas arriba de la central nuclear, donde se midió 16,5 ºC], se observa un ligero pero progresivo incremento de la temperatura según se desciende por el río, con un máximo en E-7 [ya aguas abajo de la central], con 21,1 ºC. Entre ambas estaciones E-1 y E-7 (separadas por 14,8 Km.) se registró un incremento de temperatura de 4,6 ºC, lo que supone un incremento medio de 0,31 ºC por kilómetro. Este incremento de temperatura se atribuye a la acción solar y a la reducción de la velocidad del agua, una vez que comienza la cola del embalse de Sobrón (estación E-3)”.
El informe de mayo añade:
“El embalse de Sobrón (estación E-8) registraba una temperatura en superficie de 20,2 ºC; mientras que en el fondo, a unos 14-15 m. aún era de 16,1 ºC, por lo que se puede decir que para estas fechas (primavera) el embalse ya se encontraba mezclado, con una temperatura bastante homogénea”.
Greenpeace reitera a la CHE y al Ministerio de Medio Ambiente que revoquen de forma inmediata la autorización de vertido de aguas de refrigeración de la central nuclear de Garoña al no cumplir ésta los criterios de dicha autorización.
“Si, tras la evidencia que aportan estos informes no revocan la autorización pasaremos a tomar medidas legales”, ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace.
- Informe Recogida de muestras termométricas en el Río Ebro (Burgos)