Comunicado de prensa - enero 25, 2011
Para la organización el titular de la central, ANAV, no ha sacado ninguna lección del escape de partículas radiactivas que provocó en 2007 y que trató de mantener en secreto durante meses
Greenpeace considera que, el nuevo suceso en Ascó, notificado inicialmente el pasado día 21 y calificado ayer lunes 24 por el Consejo de Seguridad Nuclear como Nivel 1 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES), es una clara demostración de que la Cultura de Seguridad de la central sigue siendo muy deficiente.
La gravedad de este hecho, ocurrido en una de las zonas con más riesgo radiactivo de la instalación, ha llevado al CSN ha calificarlo de Nivel 1 en la escala INES. En el suceso, se violaron las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento durante las maniobras de colocación de la compuerta de separación entre la piscina de combustible nuclear gastado, sumamente radiactivo, y la zona auxiliar de operaciones con el combustible, al realizarse movimientos indebidos, en ambas unidades, al trasladar la compuerta por encima del combustible gastado.
En mayo de 2008 Greenpeace desveló que ANAV, el titular de la central nuclear de Ascó, había mantenido en secreto durante meses una importante fuga de partículas radiactivas, provocada precisamente por la violación deliberada de sus Especificaciones Técnicas de Funcionamiento en las operaciones de manejo del combustible nuclear. El CSN lo calificó de Nivel 2 en la escala INES.
“Tras el escándalo del escape radiactivo de Ascó, el CSN aseguró que ANAV cambiaría de forma radical su pésima Cultura de Seguridad. Han pasado tres años y vemos que todo sigue igual: la irresponsabilidad de ANAV y la complacencia del Consejo de Seguridad Nuclear con ésta”, ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace.