Greenpeace pide a CC.OO., UGT, patronales y Gobierno un cambio radical de los planteamientos del Acuerdo de Política Energética para apoyar un modelo energético 100% renovable en 2050, con al menos un 50% de electricidad renovable en 2020. Asimismo, la organización ecologista demanda formar parte de las negociaciones sobre el modelo energético apelando a la creación de mecanismos transparentes y participativos para llevar a cabo las discusiones sobre política energética.
Además, Greenpeace demanda a las partes que reflejen en dicho Acuerdo un compromiso ineludible de tener aprobada en este misma legislatura una Ley de Energías Renovables y una Ley de Ahorro y Eficiencia Energética, con objetivos ambiciosos, para lo cual deben presentar en este mismo periodo de sesiones del Parlamento los Proyecto de Ley correspondientes.
“Este Acuerdo margina a las energías renovables a mantener discretos porcentajes de participación en el mix, a pesar de su demostrado potencial y de sus ventajas medioambientales, económicas y laborales. Es lamentable la falta de compromiso a corto, medio y largo plazo de Gobierno, patronal y sindicatos con el empleo verde, el medio ambiente y la salud”, ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace.
Greenpeace exige al Gobierno dejar de hacer pactos a puerta cerrada y solicita se incluya a otros agentes interesados, entre ellos las ONG, dando cuenta que el denominado “Grupo de Trabajo de la Industria y Energía para el Diálogo Social Reforzado”, donde van a llevarse a cabo estas conversaciones, resulta ser un foro cerrado y exclusivista, poco transparente y poco comprometido con el medio ambiente.
El Acuerdo dice: “Las partes negociarán y realizarán una propuesta compartida para el horizonte 2035. Se llevará a cabo en el seno del Grupo de Trabajo de la Industria y Energía para el Diálogo Social Reforzado durante el primer trimestre del año. Se tomará como base de partida el mix energético de referencia a 2020 de la Subcomisión de análisis de la estrategia energética española. Las partes asumen este mix como orientador de la política energética a desarrollar con este objetivo temporal (...)”. Greenpeace ha criticado en diversas ocasiones las conclusiones de esta Subcomisión por condenar al sistema energético español a la dependencia de las energías sucias cuando es viable que evolucione hacia un modelo 100% renovable.
El 11 de noviembre de 2010, CC.OO. presentó, junto al Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía del Ministerio de Industria, un “Estudio sobre el empleo asociado al impulso de las energías renovables en España” que cifraba en más de 75.000 los empleos directos actuales que proporcionan las renovables y en otros 128.000 empleos directos el potencial laboral de las renovables para el 2020, teniendo en cuenta sólo las previsiones oficiales de crecimiento de éstas, que Greenpeace califica de muy “tímidas”.
En comparación, también según datos de CC.OO. (del informe “Consideraciones de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras: mesa de dialogo sobre la evolución de la energía nuclear en España”, mayo de 2006), el sector nuclear contaba en 2005 con 4.124 empleados de los cuales el 52,8% pertenecían a la plantilla fija de las centrales nucleares (de ellos, 325 en la central de Garoña).
Según otros estudios, como el “Estudio del impacto macroeconómico de las energías renovables en España”, de la asociación empresarial APPA, las renovables hicieron que producir electricidad fuese más barato, redujeron el coste total en 4.830 millones de euros en 2009 (más de lo que recibieron como primas), contribuyeron al PIB nacional con 8.525 millones, lograron exportaciones por valor de 3.042 millones y dieron empleo a cerca de 100.000 personas. Y eso que perdieron veinte mil empleos por culpa de la mala política del Gobierno.
“Pedimos a los sindicatos que apoyen sin titubeos las energías renovables porque son las que realmente dan empleo a gran escala, y se olviden de la energía nuclear y del carbón que, además de ser sucias y peligrosas, emplean a muchísimos menos trabajadores”, ha afirmado José Luis García Ortega, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace.