Activistas de Greenpeace protestan de forma pacífica contra la guerra de Irak en Rota, Cádiz
Irak es hoy uno de los países más peligrosos del mundo, la
inseguridad y la falta de servicios básicos alcanzan niveles sin
precedentes, y las violaciones de los derechos humanos están a la
orden del día.
Los peores efectos los sufre la población iraquí. No hay cifras
exactas sobre cuántas personas han muerto en Irak desde la
invasión, pero el estudio más amplio, realizado por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Sanidad iraquí, y
publicado el pasado mes de enero, hablaba de más de 150.000
personas hasta junio de 2006. La revista médica The Lancet eleva la
cifra a más de 600.000, teniendo en cuenta no sólo los muertos
debido a la violencia sino los que se producen como consecuencia
del deterioro de las condiciones de vida y la falta de asistencia
sanitaria.
Pese a que desde Washington se afirma que la situación de
seguridad ha mejorado, en realidad sigue siendo dramática. Son
numerosos los responsables de esta situación: por una parte, los
grupos armados siguen secuestrando, torturando y asesinando a
civiles; la violencia sectaria sigue disparada y ha logrado crear
zonas étnicamente homogéneas, ya que la población suní o chií huye
de las zonas de mayoría diferente por el miedo; las fuerzas de la
coalición y las fuerzas de seguridad iraquíes atacan
indiscriminadamente a civiles y llevan a cabo ataques
desproporcionados, y lo mismo (o peor) ocurre con los contratistas
privados.
La situación humanitaria es dramática. Dos de cada tres iraquíes
no tienen acceso a agua poblable y un tercio de la población (ocho
millones de personas) necesitan ayuda de emergencia para
sobrevivir. La mitad de la población activa está desempleada y más
del 40% vive con menos de un dólar al día, es decir, en el umbral
de la extrema pobreza. Los sistemas de salud y educación han
colapsado. Pero quizá el dato más espectacular es el de la
población que ha tenido que huir de su hogar: 2,2 millones de
personas huyeron a países vecinos y se han convertido en
refugiados, y más de dos millones han sido desplazados dentro del
país. Todos ellos viven en condiciones penosas.
"La invasión de Irak, y en general la llamada guerra global
contra el terrorismo, ha sido un rotundo error y un fracaso. Esta
guerra fue ilegal, se lanzó basándose en mentiras, y ha creado un
problema donde no lo había: en Irak había un régimen despótico,
pero no había terrorismo antes de la invasión. Ahora es, junto con
Afganistán, el campo de entrenamiento para terroristas más
importante del mundo. El próximo presidente de EE UU, sea cual sea,
debería pararse a pensar y replantearse una estrategia, basada en
la violencia, que sólo ha generado más violencia", asegura Mabel
González, responsable de Desarme de Greenpeace.
Esta guerra, además, ha tenido un altísimo coste económico.
Según el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, una evaluación
conservadora situaría esa cifra en torno a los 3 billones de
dólares, cantidad muy superior a lo que se calculó inicialmente, y
el precio real lo pagarán las generaciones futuras. Si el Gobierno
de George W. Bush dijo que la guerra iba a costar 50.000 millones
de dólares, la realidad es que cuesta esa cifra cada tres meses.
Hasta el momento, casi 4.000 soldados estadounidenses han muerto en
Irak, la mayoría en combate. Pero el número de heridos multiplica
por 15 al de fallecidos. Hay 52.000 veteranos diagnosticados con
síndrome de estrés postraumático y se calcula que habrá que pagar
pensión por discapacidad al 40% de los 160.000 soldados
desplegados.
La guerra de Irak ha demostrado que los millones de
manifestantes que clamaban contra ella hace cinco años tenían
razón, cuando afirmaban que la violencia no era la solución y que
sólo generaría más violencia. Oriente Medio es hoy un lugar más
inseguro y también lo es el resto del mundo. La ocupación ha
convertido a Irak en un polo de atracción y campo de entrenamiento
para el terrorismo internacional.
Cinco años después, dos de los promotores de la guerra (Tony
Blair y José Mª Aznar) han perdido el poder, y otro (George W.
Bush) está a punto de finalizar su presidencia. "Esperamos que
aquellos que los sustituyan reconozcan el desastre que han causado
y emprendan políticas de claro retorno al multilateralismo y al
Derecho Internacional. En el caso del nuevo presidente o presidenta
de EE UU, debería plantearse de forma inmediata la retirada de sus
tropas y el cese de la injerencia en aquel país", concluye Mabel
González.
ANEXO Algunos datos sobre la situación en Irak: - No se conoce
la cifra de víctimas civiles en Irak desde la invasión, en marzo de
2003. La organización Iraq Body Count ha documentado 47.668,
mientras la publicación médica The Lancet eleva la cifra a más de
600.000. El estudio más completo realizado hasta ahora, por la OMS
y el Ministerio de Sanidad iraquí, lo cifraba en 151.000 personas
hasta junio de 2006 (últimos datos disponibles). - Todas las partes
de este conflicto violan los derechos humanos y atacan
indiscriminadamente a los civiles: las fuerzas de ocupación, las
fuerzas armadas iraquíes, los grupos de oposición y los
contratistas privados. Todos han cometido violaciones de los
derechos humanos y crímenes de guerra, en medio de una impunidad
generalizada. - La situación económica es desastrosa. Dos de cada
tres iraquíes no tienen acceso a agua potable, la mitad de la
población activa no tiene trabajo y un 40% vive con menos de un
dólar al día, y necesita ayuda de emergencia para sobrevivir. La
malnutrición se ha disparado. Y nadie puede hacerse cargo de la
situación porque los sistemas de educación y salud se han
desmoronado. - El miedo y las necesidades han llevado a mucha gente
a huir. 2,2 millones se han ido a países vecinos como Siria y
Jordania, donde su situación es muy difícil, y dos millones más se
han desplazado dentro de Irak. - Cerca de 60.000 personas han sido
detenidas por la fuerza multinacional y las fuerzas de seguridad
iraquíes, según el Comité Internacional de la Cruz Roja. La mayoría
permanece en esta situación sin ser acusados ni llevados a juicio.
La tortura y los malos tratos son prácticas generalizadas. La pena
de muerte se reinstauró en el año 2004 para una amplia serie de
delitos, cientos de personas han sido condenadas y decenas
ejecutadas. Sólo en 2007 Amnistía Internacional documentó 199
condenas. - La situación de las mujeres y niñas se ha deteriorado
de forma gravísima y sus derechos son sistemáticamente vulnerados.
Muchas han abandonado el trabajo o el colegio, y en numerosas zonas
son atacadas si no cumplen con el código de vestimenta islámico. -
Algunas fuentes cifran en 3 billones de dólares el coste de la
guerra, a los que habría que sumar 3 billones más que pagará el
resto del mundo.