Comunicado de prensa - mayo 26, 2008
Una delegación de Greenpeace España llega hoy a Dublín para seguir la Conferencia Diplomática de la que debe salir un Tratado de prohibición de las bombas de racimo. En esta Conferencia, que se celebra desde el 19 al 30 de mayo, participan más de 100 países.
Chang Neing, Srey Mao, Sakhin y Rattanak son niños que llegaron a Madrid desde Camboya acompañados por Kike Figaredo para denunciar los efectos de las bombas de racimo.
También están presentes más de 200 organizaciones de la sociedad
civil de todo el mundo, agrupadas en la Coalición contra las Bombas
de Racimo (CMC, por sus siglas en inglés). A partir de hoy
Greenpeace se une a ellas y seguirá de cerca las
deliberaciones.
La Conferencia Diplomática de Dublín debe acordar un Tratado que
prohíba las bombas de racimo. Un grupo de países defiende que este
Tratado debe tener excepciones, ya que ciertos tipos de bombas han
logrado avances técnicos que en teoría lograrían la total
desactivación de las submuniciones explosivas. En este grupo se
incluye España.
Greenpeace considera que el Tratado debe ser integral y sin
excepciones. En primer lugar, porque estas bombas de efecto
indiscriminado seguirían matando a civiles durante los bombardeos.
En segundo, porque esas tasas de error mínimas nunca se han
logrado. Al contrario, en todos los conflictos donde se han
utilizado las tasas de error han sido mucho mayores de lo que se
afirma.Y además, si pudieran conseguirse esas tasas de error en
laboratorio, hay que recordar que las condiciones de laboratorio no
son las condiciones del combate, donde influyen las condiciones
climáticas, el tipo de suelo, los errores humanos, etc.
"Necesitamos un Tratado sin excepciones porque no se trata sólo
de prohibir las bombas de racimo sino de estigmatizar este tipo de
armas, logrando una condena moral que haga su uso demasiado costoso
en términos políticos. Esto es lo que se logró con el Tratado
contra las minas antipersonales: una reducción drástica de su uso,
cercana a la eliminación. Y esto es lo que queremos para las bombas
de racimo y defenderemos en Dublín", ha declarado Mabel González
Bustelo, responsable de Desarme de Greenpeace.