Este sitio usa cookies. Si continúas navegando estás aceptando su utilización. Más información

Quedan 90 días para el cierre definitivo de la Central Nuclear de Zorita

Greenpeace recuerda al Gobierno su compromiso de cerrar las centrales nucleares y “sustituirlas por energías más limpias, más seguras y menos costosas”

Comunicado de prensa - enero 30, 2006
A falta tan sólo de 90 días para que la central nuclear de Zorita deje de funcionar, Greenpeace quiere empezar a celebrar la decisión de su cierre definitivo, que tendrá lugar el próximo 30 de abril. Para Greenpeace, el cierre definitivo de Zorita supone una victoria para el medio ambiente cuya consecución fue fruto de la intensa campaña emprendida por las organizaciones ecologistas y otros colectivos sociales y políticos y que culminó en 2002, una campaña mediante la cual se logró demostrar el funcionamiento peligroso de esta obsoleta central (ver NOTA al final del comunicado).

Activistas de Greenpeace entraron en la central nuclear de Zorita pidiendo su cierre inmediato

Además de la peligrosidad de su funcionamiento, debido a sus defectos de diseño, sus numerosos problemas técnicos y la falta de cultura de seguridad de la compañía propietaria, Unión Fenosa, también quedó demostrada la vulnerabilidad de la central nuclear Zorita en lo que se refiere a la pésima protección física del emplazamiento, como se evidenció  el 25 de abril de 2002 cuando un grupo de activistas de Greenpeace ocupó con total facilidad la cúpula del edificio del reactor de la central nuclear.

"El cierre ordenado de Zorita debe considerarse como el primer paso hacia el necesario abandono de la energía nuclear en España que han prometido el Gobierno socialista y el propio presidente Zapatero", ha declarado Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace España.

"Por motivos de seguridad, el siguiente paso que debe darse es el cierre urgente de la central nuclear de Garoña, en Burgos, que es otra 'cafetera vieja' de la misma época que Zorita", añadió López de Uralde.

Garoña pertenece (junto a Zorita y la siniestrada Vandellós-I, ya en proceso de  desmantelamiento) a las llamadas centrales de la "primera generación": su vida útil está completamente agotada, como reflejan sus graves problemas de seguridad, y además es una central completamente amortizada.

La central nuclear de Garoña sufre un grave problema de agrietamiento por corrosión, que afecta a componentes internos de la vasija del reactor (la cual alberga el combustible de uranio, y es, por así decirlo, el verdadero corazón de la central nuclear), motivo por el cual la seguridad de esta instalación se encuentra seriamente comprometida.

El compromiso de abandonar la energía nuclear en España y sustituirlas "por energías más limpias, más seguras y menos costosas" está recogido en el programa electoral del PSOE para las Elecciones Generales 2004 y en el Acuerdo Programático PSOE-Los Verdes. Este compromiso fue asumido de nuevo por José Luis Rodríguez Zapatero en su Discurso de Investidura como presidente del Gobierno ante el Congreso de los Diputados. Además fue reiterado en el Debate del Estado de la Nación de 2005, cuando Zapatero se comprometió a crear una mesa de diálogo para "fijar el calendario de cierre de las centrales nucleares".

"Las energías renovables pueden darnos, de forma limpia, segura y menos costosa, el 100% de la energía que necesitamos. La energía nuclear, que en sus 50 años no ha podido resolver ni el problema de la seguridad ni el de los residuos radiactivos, se ha demostrado además la energía más cara. Lo único sensato es abandonar cuanto antes la energía nuclear", ha declarado Carlos Bravo, responsable de Greenpeace en temas de energía nuclear.

NOTA

El 13 de septiembre de 2002, el Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) acordaba conceder una última prórroga de funcionamiento a la central nuclear de José Cabrera (Zorita) estableciendo su fecha de cierre definitivo para el 30 de abril de 2006 y la exigencia de que la compañía propietaria, Unión Fenosa, presentase el plan de clausura y desmantelamiento de la instalación antes del 30 de octubre de 2004.

La decisión del Consejo, basada en motivos técnicos y de seguridad, se tomó por 4 votos a favor y una abstención (la de su Presidenta, Mª Teresa Estevan Bolea, quien, fuertemente enfrentada a los demás Consejeros, defendía a capa y espada la propuesta de Unión Fenosa, que había solicitado que se le concediera un nuevo permiso de explotación de 6 años, potencialmente prorrogable).

Semanas después, el 9 de octubre, la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados aprobaba por unanimidad una resolución por la que dicha Comisión "asume el acuerdo que por mayoría adoptó el Consejo de Seguridad Nuclear el día 13 de septiembre de 2002, acerca de la prórroga del permiso de explotación de la central nuclear de Zorita, estableciendo su parada definitiva el 30 de abril de 2006".