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La unidad de delitos transgénicos de Greenpeace finaliza su recorrido denunciando la contaminación por transgénicos en España

Comunicado de prensa - octubre 6, 2006
Se ha documentado la presencia de cultivos transgénicos en Cataluña, Aragón y Castilla-La Mancha y denunciado el secretismo, las irregularidades y los daños provocados por estos cultivos en el único país de la UE cuyo Gobierno tolera su presencia a gran escala

26/09/06 - El Grupo Local de Greenpeace informa a la ciudadanía en la Unidad de Delitos Transgénicos

25/09/06 - Analisando maíces transgénicos con los alumnos de agricultura ecológica de Manresa

26/09/06 - Unidad de Delitos Transgénicos llega a Barcelona

28/09/06 - La Unidad de Delitos Transgénicos identifica campos de maíz transgénico de Pioneer en Algerri/Lleida

Unas semanas después de que el Ministerio de Agricultura (MAPA) apruebe un nuevo grupo de variedades de maíz modificado genéticamente (MG) para su cultivo en España, único país de la UE en que se cultivan transgénicos a gran escala y en un contexto de absoluta falta de control sobre este tipo de cultivos, la caravana de Greenpeace denominada "Unidad de Delitos Transgénicos" termina en la provincia de Albacete la campaña "Denunciando la contaminación genética", cuyo objetivo ha sido investigar y denunciar la situación de los transgénicos en España y los daños provocados por éstos. La expedición, que comenzó el pasado 25 de septiembre en Manresa -provincia de Barcelona-, ha recorrido numerosas localidades de Cataluña, Aragón y Castilla-La Mancha y termina este fin de semana en los municipios de Elche de la Sierra (viernes) y Casas Ibáñez (sábado).

La unidad móvil, dotada de varios espacios, entre ellos un laboratorio equipado para detectar campos de maíz transgénico y contaminaciones en campos convencionales y ecológicos, ofrece multitud de materiales pedagógicos y una exposición. En ella se han realizado durante dos semanas numerosos encuentros y jornadas de puertas abiertas en las principales zonas de maíz MG de España. Aragón, Castilla-La Mancha y Cataluña son, en este orden, las principales regiones cuyas Administraciones toleran e incluso fomentan el cultivo de transgénicos a pesar del amplio rechazo social. "Hemos comprobado in situ, intercambiando pareceres e información con investigadores, organizaciones de consumidores y de productores, autoridades locales, industriales y ciudadanos en general, que los españoles no quieren transgénicos, que son percibidos como una aberración ecológica y económica pero que, desgraciadamente, los gobiernos regionales y el MAPA prefieren seguir protegiendo los intereses de las 3 ó 4 empresas que los comercializan por encima de las consideraciones ambientales, sanitarias y socioeconómicas", ha afirmado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña contra los transgénicos de Greenpeace.

En estas dos semanas se han afianzado lazos con organizaciones ecologistas y sociales que trabajan por una agricultura más justa, por una mayor biodiversidad y por el respeto al medio ambiente y al mundo rural. Se han recogido muestras de variedades locales, gravemente amenazadas por los transgénicos, se han analizado decenas de campos transgénicos para informar a la población de su presencia a escasos metros de las tierras de cultivo para alimentación, y se ha evaluado la situación de los agricultores ecológicos cuyas tierras están amenazadas por el maíz transgénico. El éxito en la recogida de miles de firmas para la campaña de etiquetado de derivados animales, cuyo objetivo es alcanzar en la UE un millón de firmas para exigir a la Comisión Europea que se etiqueten los productos procedentes de animales alimentados con transgénicos, demuestra que la ciudadanía está preocupada por su alimentación y exige su derecho a ser informada para evitar consumir transgénicos. "No nos olvidemos que más del 80% de los transgénicos se emplean para producir piensos para alimentar a las diferentes ganaderías, y que directa o indirectamente estos peligrosos productos acaban en nuestros platos", ha recordado Carrasco.

El pasado martes, un grupo de activistas de Greenpeace marcó un campo de maíz transgénico experimental con una señal gigantesca de "prohibido" en Zuera, Zaragoza, como mensaje simbólico para que las administraciones prohíban definitivamente los cultivos transgénicos. El campo en cuestión, escondido por sus dueños para evitar su localización, está solamente a unos centímetros de maíz destinados a la comercialización (por lo tanto, con un alto riesgo de contaminación de la cadena alimentaria humana y animal), en las inmediaciones de varias poblaciones, y a pocos metros del río Arga. Las variedades transgénicas que contiene, plantean una serie de graves riesgos para el medio ambiente y la salud. Este tipo de señales aparecieron esta misma mañana simultáneamente en España, México y Filipinas. "Se trata de una señal de Greenpeace para evitar la contaminación irreversible de la agricultura y la naturaleza y para alertar  sobre los efectos a largo plazo de los transgénicos en el suelo, los animales, las plantas y la salud humana; la contaminación genética en todo el planeta es una amenaza para la biodiversidad, la seguridad alimentaria, el modo de vida de los agricultores y la elección de los consumidores", ha recordado Carrasco.

Greenpeace realizó ayer, jueves, una rueda de prensa conjunta con el alcalde de Albacete y la Asociación de consumidores y usuarios ecológicos La Tierrallana. Esta ciudad, cuyo alcalde manifestaba ayer su apoyo a la campaña contra los transgénicos de Greenpeace, es la única capital de provincia declarada Libre de Transgénicos por sus autoridades1. La Tierrallana, por su parte, ha recibido de manos de la ministra de Medio Ambiente el premio Ecogourmets 2006 otorgado a "la mejor asociación de consumidores ecológicos de España por fomentar y reconocer a las personas y entidades que han trabajado a favor de los alimentos ecológicos". Este galardón es un reconocimiento a una organización que ha venido ejerciendo un importante trabajo político durante los últimos años a favor de una agricultura social y ambientalmente sostenible en Castilla-La Mancha.

Ante la agresión sin precedentes que suponen estos peligrosos cultivos, son ya 172 las regiones y 4.500 los municipios de toda la UE que se han declarado libres de transgénicos, lanzando así un claro mensaje a una Comisión Europea que sigue anteponiendo los intereses de las multinacionales a los de los ciudadanos y del medio ambiente. "España, ante la evidencia de que la coexistencia entre transgénicos y no transgénicos es imposible2, debe imperativamente dejar de ser el campo experimental de toda la UE", ha concluido Carrasco.

Para más información:

1.- Moción aprobada por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento el día 27 de abril de 2006 para declarar el municipio Libre de Transgénicos y pedir al Gobierno de Castilla-La Mancha que no autorice más transgénicos y al de España la prohibición de estos cultivos.

2.- Ver el informe de Greenpeace, Assemblea Pagesa y Plataforma Transgènics fora! "La Imposible Coexistencia", disponible en la página www.greenpeace.es