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La insostenibilidad de la industria papelera española

El origen del papel que se consume en España se encuentra en los bosques primarios de Finlandia, las plantaciones creadas tras la devastación de los bosques tropicales en el sureste asiático y las polémicas plantaciones de eucaliptos de la península ...

Comunicado de prensa - marzo 29, 2005
Ante la presentación de hoy en Madrid de la Memoria de Sostenibilidad del sector papelero español, Greenpeace denuncia la ausencia de criterios ambientales en la política de suministros del sector y la falta de compromiso con la gestión forestal sostenible de los bosques. El 17% de la fibra virgen utilizada por la industria papelera mundial procede de bosques primarios, especialmente de bosques boreales de Canadá, Finlandia y Rusia. La industria española importa pasta y papel de estas regiones, de manera especial de Finlandia, donde la el Gobierno finlandés y la industria forestal están acabando con los últimos bosques vírgenes de Laponia, bosques vitales para el pastoreo de renos del pueblo Sami. Por este motivo, Greenpeace ha establecido desde el pasado 3 de marzo un campamento de resistencia en Laponia (1).

Pastor de renos Sámi, cuyo estilo de vida está amenazado por las talas en bosques primarios de Finlandia

"Es absurdo que bosques milenarios ricos en biodiversidad importantes para la forma de vida de comunidades indígenas sean convertidos en papel higiénico, folios y papel de impresión" ha declarado Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace.

Los bosques de Laponia utilizados en invierno por los renos han sido reducidos paulatinamente por la empresa forestal estatal, Metsähallitus, responsable de la mayor parte de la tala industrial en Laponia. El 70% de la madera talada por Metsähallitus en la región Sami es vendida para la producción de pasta de papel. El gigante finlandés del papel, la empresa StoraEnso, compra la mayoría de la madera en estas zonas forestales y esta madera acaba convertida finalmente en papel de revistas, papel de oficina, envoltorios y papel higiénico que son vendidos en, entre otros países, España.

Otro 29% de la fibra virgen utilizada por la industria papelera mundial procede de plantaciones forestales. En España, el porcentaje es mucho mayor, ya que las plantaciones de eucaliptos y pino radiata del nororeste, norte y suroeste de la península ibérica han sido creadas para abastecer a la industria papelera.

Las consecuencias de esta política de plantaciones en nuestro país han sido la destrucción de bosque y matorral autóctono durante las décadas 1950-1970 y la trivialización de nuestros paisajes hasta convertirlos en ecosistemas muy pobres en biodiversidad y con una pésima gestión del suelo. Hasta la fecha, la gestión forestal de estas plantaciones no ha sido precisamente sostenible.

Para Greenpeace y otras organizaciones ecologistas, sociales y sindicales, los estándares del sistema de certificación forestal del Forest Stewardship Council (FSC) es el esquema de certificación internacional más creíble y que se acerca mejor a este objetivo de la sostenibilidad.

Recientemente, 80.000 hectáreas de estas plantaciones han recibido este aval de sostenibilidad: la certificación FSC. Esto está suponiendo en la práctica la evolución de las monoespecíficas y simples masas de eucaliptos hacia masas forestales con mayor diversidad de especies, donde caben otras especies no comerciales y donde el incremento de la biodiversidad es un objetivo de la gestión.

"Si Aspapel quiere realmente optar por la gestión forestal sostenible debe optar por una certificación forestal creíble y apoyada por la sociedad civil, como la del FSC (2)", ha añadido Soto.

  • (1) Greenpeace establece una base de resistencia para la defensa de los bosques primarios de Laponia
  • (2)La certificación forestal del FSC acredita que productos de origen forestal como madera, papel, tableros, carbón, etc., han sido extraídos de bosques bien gestionados desde un punto de vista social, ambiental y económico. El FSC ha certificado hasta la fecha más de 51 millones de hectáreas de bosques y plantaciones en 71 países. A pesar de la existencia de varios sistemas de certificación en el mercado, el FSC es el único sistema de certificación de ámbito global y de amplia aceptación por un amplio abanico de agentes sociales, económicos y ambientales. El FSC cuenta con el apoyo de la práctica totalidad de las organizaciones de la sociedad civil, ecologistas, de ayuda al desarrollo, sindicales, etc.

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