Comunicado de prensa - noviembre 12, 2004
Greenpeace denuncia que el convenio firmado ayer entre la Agrupación de Fabricantes de Cemento (Oficemen) y las federaciones de construcción de los sindicatos UGT y CC.OO para permitir la incineración de residuos en los hornos cementeros es un intento desesperado de este sector industrial por justificar una actividad gravemente perjudicial para el medio ambiente. “Es inadmisible que la industria cementera diga que la quema de residuos en sus hornos contribuye a reducir las emisiones de CO2 cuando es una de las actividades que ha sido rechazada en la estrategia española de cambio climático por su impacto nocivo sobre el medio ambiente”, ha afirmado Juan López de Urade, director ejecutivo de Greenpeace.
Protesta contra la cementera HOLCIM en Almería
La industria cementera ya intentó infructuosamente disfrazar la
quema de residuos como ecológica durante la planificación de la
estrategia de cambio climático, pero su propuesta fue rechazada con
el voto en contra de ecologistas y sindicatos.
La quema de residuos en cementeras conlleva:
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