Comunicado de prensa - mayo 8, 2008
La trascendental decisión que ayer tomó la Comisión Europea de no aprobar tres controvertidos transgénicos y de devolverlos a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA en sus siglas inglesas) para que vuelva a evaluar en profundidad su seguridad es un claro voto de no-confianza en el sistema europeo de aprobación de transgénicos.
Variedades autóctonas de maíz mexicano.
Este hecho arroja serias dudas sobre la capacidad de la EFSA
para evaluar la seguridad de los cultivos transgénicos.
La Comisión ha pedido a la EFSA que revise:
- la opinión previamente emitida acerca de la seguridad de la
patata modificada genéticamente, a la luz de las preocupaciones
manifestadas por instituciones como la Organización Mundial de la
Salud, el Instituto Pasteur y la Agencia Europea del Medicamento.
La patata transgénica, producida por la compañía agroquímica
alemana BASF, contiene un gen que hace que determinados
microorganismos se hagan resistentes a ciertos antibióticos que son
de gran importancia para la salud humana y animal.
- la anterior evaluación de dos variedades de maíz que ha sido
modificado para producir pesticidas. A pesar de la gran
controversia científica acerca de estos transgénicos modificados
genéticamente para producir un pesticida, la EFSA en un principio
estableció que ambas variedades eran seguras. Posteriormente EFSA
reconoció que no tenía capacidad para llevar a cabo la evaluación
de los efectos ambientales indirectos y a largo plazo, requerida
por la ley. El mes pasado, la Comisión acordó que la EFSA
necesitaría dos años para desarrollar la capacidad de valorar estos
impactos indirectos y a largo plazo de los transgénicos.
Amigos de la Tierra y Greenpeace reclaman que se reforme la
EFSA, para garantizar que sus opiniones sean científicamente
válidas e imparciales. La EFSA tiene un déficit de recursos humanos
y de experiencia para llevar a cabo sus obligaciones legales en
relación con la evaluación de riesgo de los transgénicos en
Europa.
"El resultado del debate de ayer es un claro voto de
no-confianza de la Comisión en la EFSA. La pregunta ahora es
cuantas veces Barroso ignorará las evidencias científicas y la
opinión pública hasta conseguir la decisión que él espera. Pedir
una evaluación de la seguridad de estos cultivos, por tercera vez,
a una agencia europea inadecuada y con financiación deficiente, es
como poner al zorro al cuidado de las gallinas", ha afirmado
Juan-Felipe Carrasco, responsable de campaña de transgénicos de
Greenpeace.
"Los comisarios han hecho lo correcto al rechazar las opiniones
de la EFSA en relación a los tres cultivos, pero han errado al no
tomar una clara decisión sobre los dos maíces pesticidas. Dadas las
serias preocupaciones científicas ligadas a estos cultivos, el
dossier debería haber sido rechazado ayer en lugar de retrasar dos
años más el proceso. La Agencia necesita una reforma completa si se
le van a confiar importantes juicios de valor sobre la seguridad de
los cultivos transgénicos", ha afirmado David Sánchez-Carpio,
Responsable del Área de Agricultura y Alimentación de Amigos de la
Tierra.