Central nuclear de Ascó, Tarragona
Muy posiblemente, esta subida del punto de tarado de los
monitores está relacionada con la fuga ocurrida en noviembre del
2007, ya que subiendo los valores de alarma se evitaban actuaciones
automáticas de los monitores.
Pocas horas después, ese mismo día, la central reportaba el
cierre de la válvula controladora de temperatura del sistema
utilizado para la dilución de boro, que es el componente químico
que se utiliza para parar la reacción en cadena, como consecuencia
de un error, provocando la apertura de una válvula de seguridad
del sistema de Control Químico y Volumétrico con el que se
controla el sistema de refrigeración del núcleo de la central.
"La situación de la central nuclear de Ascó es incomprensible y
resulta indignante que el CSN, en lugar de actuar con todo el peso
de la ley sobre la central, se limite a llegar a un acuerdo para
que sea ésta la que pare
voluntariamente, cuando es evidente que existen gravísimos
fallos de seguridad", ha declarado Carlos Bravo, responsable de la
campaña nuclear de Greenpeace.
Descubiertas más de 600 partículas de cobalto Todo esto sucede
cuando todavía siguen apareciendo partículas calientes de cobalto
60 repartidas, dentro y fuera de la central, como consecuencia de
la fuga ocurrida en el mes de noviembre de 2007, un número que ya
supera las 600, según la información a la que ha tenido acceso
Greenpeace.
Además el CSN todavía no ha puesto a disposición pública toda la
información necesaria para aclarar el origen y las consecuencias
radiológicas del suceso, en particular la fuente de radiación que
se vertió al medio ambiente y la caracterización radiológica de los
lodos que se encontraban disueltos en el líquido vertido.
Para Carlos Bravo, "resulta impresionante que al final ha
tenido que ser el propio titular de la central el que acabe
decidiendo voluntariamente parar ante la inoperancia de un
organismo regulador que en ningún momento ha estado a la altura de
las circunstancias ni ha sabido gestionar la crisis del accidente
de noviembre pasado".
La presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear, Carmen Martínez
Ten, debe comparecer ante la Ponencia del CSN en el Congreso tan
pronto como se constituya, acompañada de los responsables de las
Direcciones Técnicas, que son corresponsables de la desastrosa
gestión del accidente y de la poca información que se ha dado al
público.
Ante este cúmulo de fallos Greenpeace pide el cierre definitivo
y anticipado de una central que no garantiza las medidas de
seguridad necesarias.