Este sitio usa cookies. Si continúas navegando estás aceptando su utilización. Más información

La compañía propietaria de la carga reconoce que la soja del Winner es transgénica

Greenpeace pone fin a su acción de protesta al aceptar la compañía un compromiso de negociación en materia de transgénicos.

Comunicado de prensa - abril 29, 2004
Tras 14 horas de acción, Greenpeace puso en la noche de ayer fin a la protesta que realizaba desde primera hora de la mañana contra el buque Winner en el Puerto de Málaga al conseguir de la empresa dueña de la carga, NIDERA, un compromiso de negociación en materia de transgénicos. NIDERA, inicialmente contraria a cualquier tipo de contacto con la organización, acabó aceptando una reunión el próximo jueves, en Roterdam (Holanda), entre su director ejecutivo, A.J.F Hock, y el responsable de mercados de la campaña de transgénicos de Greenpeace Internacional, Lindsey Keenan.

Activista de Greenpeace en el ancla del buque Winner cargado de soja transgénica en el Puerto de Málaga.

Greenpeace encara esta encuentro con una posición muy clara: no hay futuro para los transgénicos en nuestro planeta, no queremos transgénicos en el medio ambiente ni en nuestros alimentos. "NIDERA recibió ayer nuestro mensaje y deseamos que en esta reunión se discuta el proceso de abandono progresivo de la actividad comercial ligada a los transgénicos." -ha declarado Juan Felipe Carrasco, responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace España. La organización realiza una campaña internacional contra los transgénicos en Europa. El MV Esperanza seguirá con su campaña los próximos meses junto con el Rainbow Warrior en Oceanía (en estos momentos está en Australia) y el Artic Sunrise en América (estos días en Brasil).

La compañía admitió ayer que la soja transportada por el Winner es transgénica. Sin embargo se ha negado a identificar el tipo de maíz y no ha permitido a Greenpeace analizar la documentación de esta mercancía. Según NIDERA, son las autoridades españolas las encargadas de comprobar si los documentos cumplen con la nueva legislación de etiquetado y trazabilidad.

Greenpeace exige que, mientras los transgénicos no estén prohibidos, al menos se aplique la legislación en vigor. "Las autoridades españolas deben inspeccionar inmediatamente la documentación de esta mercancía, llevar a cabo análisis independientes y hacer públicos los resultados." -añade Juan Felipe Carrasco- "Demandamos también que se hagan este tipo de inspecciones en cualquier barco que pudiera contener transgénicos."

Greenpeace espera que el nuevo Gobierno ponga en marcha los mecanismos de inspección y control que exige la legislación europea e internacional (como el Protocolo de Bioseguridad) que el anterior gobierno pasó por alto. La organización ecologista defiende el derecho de los ciudadanos a elegir su alimentación, sobre todo teniendo en cuenta los 4 millones de toneladas de soja y el más de medio millón de de maíz trangénicos que entran en nuestros alimentos sin su conocimiento.

El pasado 20 de abril, Greenpeace llevó a cabo en la fábrica de la empresa Moyresa en Cartagena (responsable del 70% de la molturación de soja en España) otra acción para denunciar el comercio de esta compañía con soja transgénica. A pesar de que la compañía negaba la presencia de soja transgénica y aseguraba que la fábrica había sido descontaminada, Greenpeace tomó una muestras, las cuales, tras ser analizadas, demuestran que se trata de una soja con un 74% de transgénicos.

"Ayer los Observadores de Transgénicos de Greenpeace actuaron para denunciar las importaciones de transgénicos y la semana pasada intentaron evitar el procesado de soja transgénica. Hoy y mañana, todos debemos parar los transgénicos." añade Juan Felipe Carrasco